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Los padres de la niña secuestrada dicen que la dejaron viajar para obtener papeles

La pareja marroquí, en situación irregular, cambia su versión La menor debía volver de Bolivia con documentación del país andino para regularizarse

La niña secuestrada en la selva de Bolivia, en el momento de su liberación.
La niña secuestrada en la selva de Bolivia, en el momento de su liberación. EFE

Los padres de la niña marroquí de 10 años que fue retenida durante siete meses en la selva de Bolivia, han cambiado la versión inicial que dieron a los Mossos d'Esquadra cuando denunciaron su secuestro y ahora aseguran que permitieron viajar a su hija para conseguir "papeles" bolivianos que le permitieran regularizarse en España.

Según han explicado a Europa Press fuentes próximas a la investigación, en su declaración ante la policía catalana como imputados por abandono familiar, los padres, que declararon asesorados por un abogado, modificaron sus explicaciones iniciales y dijeron que permitieron a la niña viajar para que consiguiera documentación acreditando ser boliviana y así poder regresar a España y regularizar su situación.

Cuando denunciaron los hechos ante la policía, una semana después de que la niña viajara con su secuestrador a Bolivia con autorización familiar el pasado 28 de septiembre, habían asegurado que dieron su consentimiento porque su hija no había viajado nunca de vacaciones y su vecino se iba a su país a ver a su madre.

La familia marroquí, con otros dos hijos más pequeños, llevaba varios años viviendo en España pero en situación irregular, y, de hecho, la niña no hubiera podido regresar con la documentación marroquí con la que salió del país para irse a Bolivia con su secuestrador —avalado con un poder notarial firmado por los padres—.

El secuestrador, Grover Morales, había entrado a España con una identidad falsa conseguida durante una regularización realizada por las autoridades bolivianas en la zona selvática de Cochabamba, donde hay muchas personas sin registrar y sin nombre. Esta identidad falsa le permitió viajar a España sin complicaciones pese a que había tenido problemas con la Justicia de su país por haber violado a sus hermanastras y había pasado un tiempo en la cárcel por estos hechos.

La versión de la niña es otra: que viajó junto a Grover Morales, un vecino ecuatoriano que conocía a la familia desde hacía dos meses y con la que había simpatizado, porque iban a comprar oro y ella serviría de tapadera para traerlo de vuelta sin que se notara, vistiendo las joyas. Estas explicaciones las ha ratificado ante el juez del caso, el titular del Juzgado de Instrucción 1 de L'Hospitalet, que está pendiente de tomar declaración a los padres tras imputarles.

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Lo ocurrido sigue teniendo muchos puntos oscuros, puesto que la versión que dio Morales ante los medios de comunicación es que los padres le permitieron llevarse a la niña para casarse con ella, un extremo que los padres niegan.

Los investigadores no descartan que los padres pudieran haberla vendido, aunque al parecer está confirmado que les engañó porque ellos no creían que iban a Bolivia para no regresar.

Sin embargo, todo parece indicar que Morales lo tenía todo planeado para no volver porque solo compró los billetes de ida, vendió todas sus herramientas de trabajo —hacía trabajos de albañilería— y cerró todas sus cuentas bancarias.

La menor, que está bajo tutela de la Dirección General de Atención a la Infancia y la Adolescencia (Dgaia), todavía no ha regresado con su familia a la espera de que se aclaren los hechos.

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