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México y Estados Unidos reviven el gran clásico de América del Norte

Los dos grandes rivales se enfrentan por el puesto de la Copa Confederaciones en una olla a presión en Los Ángeles

Pablo Ximénez de Sandoval
La selección de EE UU entrena en el Rose Bowl de Pasadena.
La selección de EE UU entrena en el Rose Bowl de Pasadena.AFP

Las selecciones de México y Estados Unidos se enfrentan este sábado en uno de esos partidos que agotan los epítetos. Como ganadores de las dos últimas ediciones de la Copa Oro, juegan la final de la Copa Concacaf que decidirá el equipo participante en la Copa Confederaciones en 2017. El escenario del partido (18:00 horas en Los Ángeles, 20:00 en México, 21:00 en Washington) es el legendario Rose Bowl de Pasadena, al este de Los Ángeles, el área metropolitana con más mexicanos después de México DF. Un cartel de “no hay boletos” recibe desde hace días a los visitantes del estadio, que acogerá a 86.000 espectadores.

Las buenas actuaciones internacionales de ambos equipos han elevado este duelo hasta convertirlo en un clásico del continente. El ascenso de Estados Unidos como potencia futbolística media ha acabado con el dominio de México en Norteamérica. En lo que va de siglo, EE UU ha ganado 23 veces por 5 de El Tri. Ambos equipos se enfrentaron en las mismas circunstancias y el mismo escenario en 2011. México ganó 0-2.

El seleccionador de EE UU, el alemán Jurgen Klinsmann, comparó la rivalidad creada en los últimos años entre estos dos equipos con “cuando Alemania juega contra Holanda”. Si Sudamérica tiene su clásico entre Brasil y Argentina, los partidos México-EE UU ya se han convertido en algo parecido, al menos en rivalidad, en el norte del continente. “Sabemos que va a haber muchos mexicanos en el estadio. Va a vibrar. Será una atmósfera especial. Habra mucha intensidad desde el primer segundo”.

La rivalidad nacional entre estas dos selecciones es un asunto tan central como el balón. En la rueda de prensa previa al partido, Ricardo Tuca Ferretti y el capitán Rafa Márquez no desvelaron pista alguna sobre lo que se verá en el terreno de juego, pero tuvieron que contestar a fondo sobre la presión que se les achaca. Tuca empezó por rechazar cualquier presión que no sea la de ganar un partido de fútbol. “Las cosas cuando se hacen obligadas no se hacen bien porque no se hacen con gusto”, dijo. Ferretti llamó a EE UU “el archirrival de México”.

Las buenas actuaciones internacionales de ambos equipos han elevado este duelo hasta convertirlo en un clásico del continente

“Este es el gran rival de México y hay que disfrutarlo”, dijo a la prensa Rafa Márquez. El legendario capitán, que ha jugado cuatro mundiales, vuelve al torneo “al 100%”, pero consciente de que cada convocatoria con la selección puede ser la última. El viernes, dejó en el aire su participación en un quinto Mundial. Recordó que pensó en retirarse después de Sudáfrica (2010). “Tarde o temprano mi nivel bajará. Es la vida. Mañana (el sábado) tengo una oportunidad”.

Este será seguramente el último partido de La Tuca al frente de la selección mexicana. El brasileño se tuvo que hacer cargo del equipo de forma interina tras el despido fulminante de Miguel Piojo Herrera nada más ganar la Copa Oro el pasado 27 de julio en Philadelphia. Antes de volver a casa con el trofeo, Herrera agredió a un periodista. El hombre que ilusionó a la afición con una actuación heroica en el Mundial de Brasil y logró la Copa Oro Concacaf en julio. El nuevo entrenador del Tri será el colombiano Juan Carlos Osorio, que estará presente en el partido este sábado.

El viernes, Ferretti tuvo palabras emocionadas para la afición y el equipo mexicanos. “Yo tenía una idea y la superaron totalmente”. Dijo sentir “agradecimiento y satisfacción, independientemente de lo que pase” en la final. “Me han apoyado y ayudado y esto no se me va a olvidar en la vida”.

Por su parte, Klinsmann tiene que reconectar con una afición que después de causar un gran impacto en Brasil sufrió una cura de humildad en la Copa Oro del pasado verano con una derrota por sorpresa ante Jamaica. La final obvia contra México, en un torneo en el que todos los demás equipos habían sido minusvalorados como comparsas, no pudo ser. Se jugará este sábado.

El ambiente en Los Ángeles promete ser fenomenal. México juega prácticamente en casa en esta ciudad y decir que EE UU es el anfitrión es un rigorismo que no se corresponde con lo que se vive en el campo. Desgraciadamente, una lesión impedirá jugar al mexicano Giovani dos Santos, fichado esta temporada por el LA Galaxy y que está consiguiendo enganchar al público mexicano a un equipo tradicionalmente blanco y europeo. Ferretti aseguró que no su planteamiento del partido no cambiaba en absoluto por este percance.

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Sobre la firma

Pablo Ximénez de Sandoval
Es editorialista de la sección de Opinión. Trabaja en EL PAÍS desde el año 2000 y ha desarrollado su carrera en Nacional e Internacional. En 2014, inauguró la corresponsalía en Los Ángeles, California, que ocupó hasta diciembre de 2020. Es de Madrid y es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense.

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