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Aznar, primer líder europeo que apoya el escudo antimisiles de Bush

El presidente español se 'sorprende' de que haya quien 'descalifique de entrada' el proyecto

'Coincidimos en la necesidad de una estrategia de seguridad total que abarque los sistemas disuasorios tanto ofensivos como defensivos', se dice en el comunicado citado. Aznar se muestra así tan dispuesto como Bush a pasar página a la doctrina de la Destrucción Mutua Asegurada (MAD), o prevención del ataque nuclear por la imposibilidad de garantizarse la defensa frente a la segura respuesta nuclear del enemigo, en que se basó el equilibrio mundial durante la guerra fría. También parece dispuesto a dejar atrás el Tratado ABM, que, para mantener el llamado 'equilibrio del terror' limita el desarrollo de defensas antimisiles.

Los miembros europeos de la OTAN han formulado serios reparos a estas ideas porque estiman que pueden conducir a una nueva carrera armamentista y disparar la proliferación a niveles sin precedentes.

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Bush piensa de otro modo. 'El Tratado ABM', dijo ayer en Madrid, 'es una reliquia del pasado que impide a los pueblos experimentar de cara al futuro. Ha terminado la guerra fría y es preciso que terminemos también con su mentalidad. Rusia tiene que entender que se trata de extender la paz, no de crear una nueva amenaza y que la única forma de saber si el sistema puede funcionar es experimentándolo'.

El Tratado ABM impide la experimentación de la NMD estadounidense y presidente ruso, Vladímir Putin, con el que Bush se entrevistará en Liubliana el próximo sábado, ha advertido, como China y otros países, de que si EE UU viola el ABM para garantizarse una eventual seguridad total, o impunidad, la carrera armamentista y las consiguientes tensiones internacionales serán inevitables.

El presidente norteamericano dijo ayer, en rueda de prensa, que va 'a explicar a Rusia y a los aliados que Rusia no es enemiga de Estados Unidos', que el proyecto NMD no va contra ella, sino que propone la defensa contra 'las nuevas amenazas' de la posguerra fría y de un mundo en el que incluso pequeños países podrán hacerse con armas de destrucción masiva y practicar un 'terrorismo internacional' en el que podrían 'tomar como rehén' a la primera potencia del mundo. 'Sé que Putin está interesado en oír mis explicaciones, como lo estaba Aznar', añadió.

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El español agradeció y se mostró suficientemente impresionado con lo que había oído como para decir: 'Nadie se debe extrañar de que, al hablar de la superación de la guerra fría y de las nuevas cuestiones de seguridad se planteen también nuevas iniciativas. Ahora se plantea una iniciativa defensiva, y no se ha podido demostrar que eso vaya a producir menos seguridad'.

Antes incluso de que el tema se debata en el seno de la OTAN, como los jefes de Estado y Gobierno aliados harán hoy mismo, el presidente español se mostró tan convencido de lo adecuado de la iniciativa norteamericana que comentó: 'Me sorprende que haya personas que descalifiquen de entrada todo esto, como antes descalificaban la MAD y probablemente descalificarían cualquier planteamiento'.

Aznar dio con estas palabras un paso importante en relación con la posición siempre moderadamente abierta al proyecto de Bush que ha mantenido desde un principio. No apoya el despliegue práctico del sistema por la razón fundamental de que duda, como ayer expuso a su invitado, de que pueda funcionar. Pero comparte la preocupación básica que lo inspira y las ideas estratégicas que promueve.

Los colaboradores más próximos del presidente han indicado en varias ocasiones que sí hay, en cambio, una diferencia entre Aznar y Bush a la hora de identificar a los Estados rebeldes contra los que se orienta la NMD.

Por lo demás, y frente a cualquier prevención, el presidente español se ha dado siempre por satisfecho con la decisión del líder estadounidense de consultar su proyecto con los europeos. Lo reiteró ayer: 'Estoy convencido de que las conversaciones que tendremos los europeos con Bush serán constructivas y positivas, aunque partamos de bases distintas.

George W. Bush abraza a José María Aznar durante la rueda de prensa celebrada en los jardines del palacio de la Moncloa.
George W. Bush abraza a José María Aznar durante la rueda de prensa celebrada en los jardines del palacio de la Moncloa.REUTERS

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