Bush apunta a Bin Laden y anuncia una acción arrolladora
El presidente anuncia a los norteamericanos que la guerra será larga y exigirá grandes sacrificios
Estados Unidos sueña con volver a la normalidad. Pero no tiene por delante más que angustia, miedo y un largo estado de guerra. George W. Bush anunció ayer a sus conciudadanos por primera vez que tendría que pedirles grandes sacrificios. 'Tenemos mucho que hacer y mucho que pedir al pueblo americano', dijo en una alocución radiofónica desde Camp David, donde permanecía reunido el gabinete de crisis para diseñar una estrategia bélica, que el propio Bush anticipó que sería 'arrolladora, continuada y eficaz'. El 'conflicto no será breve', dijo el presidente, que por primera vez citó a Osama Bin Laden como 'principal sospechoso' del ataque terrorista del martes.
Bush debe pensar mucho en Harry Truman. Como él, Truman era un líder discutido, sin aparente talla de estadista, sin un mandato popular claro (era un vicepresidente ascendido por la muerte de Franklin Roosevelt), cuando aprobó el lanzamiento de bombas atómicas sobre Japón. El rostro de Bush reflejaba ayer el peso de la responsabilidad al dirigirse a la nación para anunciar que los sacrificios y el dolor sólo acababan de comenzar. 'Se os pedirá paciencia, porque el conflicto no será breve. Se os pedirá tenacidad, porque el conflicto no será fácil. Se os pedirá toda vuestra fuerza, porque el camino hasta la victoria puede ser largo', dijo Bush, que no descartó operaciones terrestres. El régimen de Afganistán, acusado de proteger a Bin Laden, llamó ayer a la guerra santa contra los países que apoyen a Washington.
El mensaje de Washington al resto de los Gobiernos es el mismo desde el martes: quien no se una a la coalición será considerado y tratado como enemigo.