_
_
_
_
_

Los antitalibanes anuncian la toma de una ciudad clave

Los talibanes se reagrupan a las afueras de Mazar-i-Sharif, localidad decisiva para los planes de EE UU

Guillermo Altares

Las tropas de la Alianza del Norte, con la ayuda de los intensos bombardeos de los aviones de Estados Unidos durante los últimos días, se atribuyeron ayer la ruptura de las defensas talibanes y la entrada en Mazar-i-Sharif. Es la más importante ciudad del norte de Afganistán y una pieza clave, por su proximidad con las fronteras de Uzbekistán y Tayikistán, en la estrategia estadounidense para lograr una vía de aprovisionamiento de material y de hombres que permita acabar con el régimen de Kabul. Los talibanes, a través de una agencia de noticias próxima, reconocieron el éxito de la ofensiva e informaron de que sus efectivos se han reagrupado cerca de Mazar-i-Sharif.

Más información
La oposición prepara la batalla de Kabul
Los antitalibán preparan la conquista de Kabul tras extender su ofensiva al noroeste afgano
Zafarrancho de combate de la Alianza en Taloqán
Powell recomienda a la oposición que frene su avance hacia Kabul
La toma de la simbólica ciudad de Taloqán allana el camino hacia Kabul
Los talibanes se repliegan hacia Kabul ante el avance de la Alianza del Norte
Estraperlo de guerra a la afgana
<b>Gráfico:</b>: La caída de Mazar-i-Sharif

Uno de los generales que dirigen el ataque con su ejército de uzbekos, Rashid Dostum, anunció a la CNN que la ciudad había sido tomada, y añadió que los talibanes habían sufrido 90 muertos. 'Los talibanes heridos se encuentran en los hospitales y todos aquellos que estaban sanos y salvos se han marchado', añadió Dostum, que fue gobernador de Mazar-i-Sharif antes de que fuera ocupada por los talibanes hace tres años, en el transcurso de la guerra civil afgana. Sin embargo, otros líderes de la oposición, como Mohamad Ashraf Nadem, señalaban, según la agencia France Presse, que la Alianza del Norte había ocupado Mazar-i-Sharif sin que los talibanes hubieran opuesto apenas resistencia.

Otro comandante, Haji Mohamad Muhaqiq, de la minoría hazara -que, junto con tayikos y uzbekos, compone la mayoría de soldados de la Alianza del Norte-, manifestó que sus tropas habían tomado el aeropuerto, pero que los intensos combates proseguían ayer.

La Agencia Islámica Afgana, próxima a los talibanes, confirmó la entrada de la oposición en Mazar-i-Sharif y precisó que la Alianza del Norte había lanzado la ofensiva por el sur de la ciudad. 'Los talibanes se han reagrupado en los alrededores', agregó la agencia.

En cualquier caso, ninguna de estas informaciones puede ser confirmada de forma independiente, ya que desde el territorio de la Alianza del Norte en el que se encuentra la inmensa mayoría de los periodistas no hay forma de acceder a Mazar-i-Sharif sin cruzar territorio talibán.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Cabeza de puenteMazar-i-Sharif es una ciudad de 200.000 habitantes que estaba defendida por unos 20.000 soldados talibanes, en su mayoría tropas árabes curtidas en mil batallas, que habían resistido en las últimas semanas durísimos bombardeos aéreos. Es una localidad importante, dispone de un aeropuerto de considerables dimensiones, que podría ser utilizado por la coalición internacional como cabeza de puente para preparar una ofensiva sobre el resto del país, y tiene también una gran importancia simbólica: es la primera victoria de una guerra en la que ha habido muchos bombardeos y pocas batallas.

Y eso es algo que saben todos los soldados de la Alianza en los diferentes frentes en los que combaten a los talibanes. Y no es sólo una cuestión de estrategia. Desde hace más de un año no se había producido ningún avance significativo en territorio talibán, ni siquiera después de los bombardeos de alfombra de Estados Unidos, y esta victoria supone una inyección de algo tan necesario como las armas: la moral.

El comandante Jair Mohamed, que dirige el distrito de Kalafgan, en primera línea del frente de Taloqan, aseguró ayer a este diario: 'Si cae Mazar, caerá Taloqan; si cae Taloqan, entonces caerá Kabul'. 'Nosotros esperamos la orden de nuestro ministro de Defensa para atacar. En cuanto la recibamos, no tardaremos ni cinco minutos en ponernos en marcha', agregó. Según otras fuentes consultadas ayer en este frente, que cubre varios cientos de kilómetros en el noreste del país y que tiene su punto más importante en la localidad de Farjar, la orden de un ataque podría llegar en dos o tres días.

Eso resolvería uno de los principales problemas que plantea la conquista de Mazar-i-Sharif. Aunque la ciudad llegue a estar totalmente controlada sin bolsas de resistencia en su interior, sigue por el momento rodeada por los talibanes, ya que las tropas de Dostum, que han estado recibiendo municiones desde el aire, están aisladas y no es nada fácil que consigan continuar su ofensiva.

La caída de Mazar-i-Sharif puede permitir a las tropas de la oposición llegar hasta la frontera de la vecina República de Uzbekistán, donde ya se han desplegado un millar de militares estadounidenses, pero aun así permanecerán aisladas del grueso del Ejército de la Alianza y, por tanto, serían especialmente débiles en caso de que los talibanes contraataquen. Si la ofensiva en Taloqan tiene éxito en breve, lograría solucionar este problema al avanzar sobre la provincia de Kunduz, llegar hasta el ejército de Dostum y dar de este modo una continuidad geográfica al territorio controlado por la Alianza del Norte.

Combatientes a caballo de la Alianza del Norte pasan junto a un blindado en el frente de la provincia de Takhar, en el norte de Afganistán.
Combatientes a caballo de la Alianza del Norte pasan junto a un blindado en el frente de la provincia de Takhar, en el norte de Afganistán.ASSOCIATED PRES

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Guillermo Altares
Es redactor jefe de Cultura en EL PAÍS. Ha pasado por las secciones de Internacional, Reportajes e Ideas, viajado como enviado especial a numerosos países –entre ellos Afganistán, Irak y Líbano– y formado parte del equipo de editorialistas. Es autor de ‘Una lección olvidada’, que recibió el premio al mejor ensayo de las librerías de Madrid.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_