_
_
_
_
_
SEIS MESES DESPUÉS DEL 11-S

Bush apunta contra Sadam Husein al cumplirse seis meses del 11-S

'Un terrorista debe vivir como un fugitivo internacional, sin un lugar donde ocultarse'

El presidente George W. Bush habló ayer de la 'segunda fase' de la guerra contra el terrorismo. E introdujo, como elemento central, 'la creciente amenaza de un terror a escala catastrófica, un terror provisto de armas nucleares, químicas o biológicas'. Fue una forma de señalar al presidente iraquí, Sadam Husein, y su presunto arsenal de armas de destrucción masiva. 'No se debe permitir que hombres sin respeto por la vida controlen los máximos instrumentos de la muerte', afirmó Bush, quien prometió que después de Afganistán habría 'otras batallas en otras naciones'.

Más información
China ataca la 'prepotencia' de EE UU
Bush defiende la amenaza nuclear frente a los países del 'eje del mal'
Bush se prepara para la 'madre de todas las batallas'
Talibanes y miembros de Al Qaeda atacan una base de EE UU al este de Afganistán
Los estadounidenses respaldan a Bush pero dudan de que pueda evitar nuevos atentados
Cartas:: Opine sobre los planes de Bush
El fin de una era:: Análisis de John Carlin tras el 11 de septiembre
Reportaje:: Las nuevas armas de alta tecnología
Participación 2001:: El 11-S y la guerra de Afganistán
Blair prepara a los británicos para un ataque contra Irak

El presidente de Estados Unidos conmemoró ayer los seis meses transcurridos desde los masivos atentados del 11 de septiembre con un discurso que quiso ser, en cierta forma, un homenaje a sus aliados. Más de un centenar de embajadores, centenares de congresistas y unos 300 familiares de víctimas ocupaban el amplio jardín trasero de la Casa Blanca cuando Bush, con casi 170 banderas desplegadas a su espalda, una por cada país más o menos integrado en la coalición antiterrorista, se refirió al 11 de septiembre como 'el principio de la respuesta mundial' contra un enemigo 'parasitario' ante el que no cabían 'la inmunidad o la neutralidad'.

Por un lado, Bush deseaba calmar la inquietud creada entre muchos de sus aliados por sus menciones a un eje del mal compuesto por Irak, Irán y Corea del Norte, por su belicosidad verbal y por su aparente indiferencia ante las opiniones del resto de los miembros de la coalición. Agradeció la información y la ayuda militar y logística aportada por la mayor parte de la comunidad internacional y enunció el objetivo que guiaba las intervenciones estadounidenses en Filipinas, Georgia o Yemen: 'Cada terrorista debe vivir como un fugitivo internacional, sin lugar donde instalarse u organizarse, sin lugar donde ocultarse, sin gobiernos tras los que esconderse, y sin siquiera un lugar seguro donde dormir'.

Pero Bush quería expresar también la firmeza de su propósito de acabar con el actual presidente iraquí. Los planes estadounidenses para lanzar una intervención contra Irak, aún muy vagos, han causado alarma en Europa y Oriente Próximo. Sin citar a Sadam Husein o Irak, Bush trató de transmitir la necesidad de acabar con el régimen de Bagdad: 'Algunos Estados buscan, o poseen ya, armas de destrucción masiva. Los terroristas quieren esas armas, y si algún Estado se las proporciona, habrá genocidio y caos', dijo. 'Cada país de nuestra coalición debe tomar en serio la creciente amenaza de un terror a escala catastrófica, un terror dotado de armas nucleares, químicas o biológicas', subrayó. El presidente de EE UU indicó que su Gobierno consultaba actualmente 'con aliados y enemigos' acerca de la mejor forma de enfrentarse a esa amenaza, 'el más grande de los peligros'. 'A la hora de prevenir la difusión de las armas de destrucción masiva', siguió, 'no existe margen para el error y no hay oportunidad de aprender de los errores. Nuestra coalición debe actuar juiciosamente, pero la inacción no figura entre las opciones'.

Acto seguido, pronunció una frase claramente dirigida a Sadam Husein y su programa armamentista: 'No se debe permitir que hombres sin respeto por la vida posean los máximos instrumentos de la muerte'.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Bush llegó a sugerir que tras la victoria contra el terrorismo, algunos conflictos, entre ellos, supuestamente, el de Oriente Próximo, se verían 'bajo otra luz'. Esa victoria, sin embargo, estaba aún lejana. Dijo que sus tropas se habían desplazado a Filipinas 'para impedir la creación de un régimen militante al sur del país'; a Georgia para acabar con 'terroristas vinculados con Al Qaeda' que operaban 'cerca de la frontera rusa', y a Yemen 'para impedir la creación de otro Afganistán'. 'No cederé', prometió. Bush cambió, por una vez, el final de su discurso. La frase 'Dios bendiga América', que remata todas las alocuciones públicas presidenciales, fue sustituida por un 'Dios bendiga la coalición'.

Vista panorámica nocturna de Nueva York: dos haces de luz se elevan sobre Manhattan desde el lugar que ocuparon las Torres Gemelas.
Vista panorámica nocturna de Nueva York: dos haces de luz se elevan sobre Manhattan desde el lugar que ocuparon las Torres Gemelas.REUTERS
George Bush se dirige a pronunciar su discurso en los jardines de la Casa Blanca al cumplirse seis meses del 11-S.
George Bush se dirige a pronunciar su discurso en los jardines de la Casa Blanca al cumplirse seis meses del 11-S.AP

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_