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El terrorismo checheno trata de destruir la estabilidad rusa

Pilar Bonet

¿Casualidad o una preocupante lógica? Coincidiendo con las dos últimas grandes intervenciones públicas de Vladímir Putin, el terrorismo se ha manifestado de forma sangrienta, como si tratara de desmentir con sus acciones la imagen de normalidad y estabilidad que el presidente de Rusia se esfuerza por construir. Sea lo que sea, cabe pensar que las autoridades rusas extremarán precauciones durante la visita que el presidente norteamericano, George W. Bush, inicia el 23 de mayo a Rusia.

El pasado 18 de abril, poco antes de que Putin, en su discurso anual sobre el estado de la nación, asegurara que la guerra de Chechenia había terminado, un atentado terrorista en Grozni, la capital de Chechenia, costaba la vida a 18 policías de élite. Las víctimas fueron 18 chechenos, miembros de las unidades de policía local que el Ministerio del Interior de Rusia está formando para ir delegando progresivamente la responsabilidad por el orden público, a medida que las circunstancias permitan reducir en la región secesionista la presencia militar y de contingentes policiales foráneos.

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El comandante en jefe del grupo de tropas del Norte del Cáucaso, Vladímir Moltenskoi, la máxima autoridad militar de Chechenia, manifestó en abril que, para el verano, esperaba poder transferir a los chechenos el mando de las comisarías policiales, manteniendo, eso sí, en ellas a contingentes llegados de otras regiones.

Del atentado que costó la vida a 18 agentes de élite chechenos se sacan en Grozni conclusiones opuestas. Unos aseguran que aquel suceso propicia el rechazo de la población local hacia los guerrilleros y la colaboración con los representantes de Moscú. Otros afirman en cambio que la 'advertencia' alimenta el miedo de los chechenos a colaborar con los representantes del Estado.

Muerte de Jattab

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Pese al éxito que supone para Moscú la reciente muerte del guerrillero Jattab (considerado el Bin Laden checheno), la situación no está madura para que el Servicio Federal de Seguridad (SFS, heredero del soviético KGB) transfiera al Ministerio del Interior la responsabilidad por la 'operación antiterrorista' en Chechenia, según indicó el presidente Putin esta semana en una reunión con los titulares del SFS y Defensa.

También en la destruida Grozni se celebró ayer la fiesta de la Victoria, a la que asistió el general Vladímir Moltenskoi. Dos granadas hicieron explosión en las cercanías del antiguo estadio donde tenía lugar el festejo. Una de ellas hirió ligeramente a un policía del cordón de seguridad que protegía el acto conmemorativo.

La Administración de Chechenia decidió dar mil rublos (cerca de 30 dólares, unos 33 euros) a cada uno de los 861 veteranos de la Segunda Guerra Mundial que quedan en Chechenia, según la agencia ITAR- TASS.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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