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Bush está decidido a impulsar un plan para la creación de un Estado palestino provisional

La UE estudia incluir a las milicias del partido de Arafat en la lista de organizaciones terroristas

Enric González

George W. Bush parece dispuesto a lanzar una nueva iniciativa de paz para Oriente Próximo, basada en la proclamación 'provisional' de un Estado palestino, en un plazo aún no decidido. Bush sondeó el miércoles al ministro saudí de Asuntos Exteriores, príncipe Saud, sobre las posibles fórmulas para reconocer internacionalmente un Estado palestino aún sin fronteras definidas, y el jueves anunció al primer ministro australiano, John Howard, que se disponía a exponer en las próximas semanas su visión de 'dos Estados', Israel y Palestina, 'en convivencia pacífica'.

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A Bush le quedan aún muchas dudas por despejar. La primera se centra en la figura de Yasir Arafat. Ni a él ni al primer ministro israelí, Ariel Sharon, les apetece que Arafat se convierta en el primer presidente palestino. El vicepresidente de EE UU, Dick Cheney, que, según un portavoz de la Casa Blanca, mantiene una actitud 'escéptica e incluso cínica' sobre las reformas institucionales emprendidas por el líder de la Autoridad Palestina, se opone abiertamente a reforzar a Arafat. El Pentágono y la mayoría de los miembros del Congreso consideran que la promesa de un Estado para los palestinos constituiría una recompensa para el terrorismo.

El pragmatismo del secretario de Estado, Colin Powell, se está imponiendo sin embargo sobre las abundantes reticencias respecto a Arafat. Powell también tiene dudas sobre el personaje, pero en una reciente reunión celebrada en la Casa Blanca afirmó, según fuentes citadas por CNN, que todos los planes anteriores habían fallado y había llegado el momento de apostar por el reconocimiento de Palestina como Estado, aunque tuviera a Arafat como jefe, porque 'muchos países están dispuestos a apoyar la iniciativa'.

Los ministros de Exteriores del G-8 (las siete potencias económicas más Rusia), reunidos en Whistler (Canadá), expresaron su apoyo a la proclamación de un Estado palestino y a la celebración de una conferencia internacional sobre la paz durante el verano. Bush, que suspendió la convocatoria de la conferencia tras el recrudecimiento de la violencia, vuelve a pensar en ella y, por el momento, considera que debería realizarse en julio.

Otras dudas por resolver antes de anunciar el plan se refieren a los plazos, las fronteras y el derecho al retorno de los exiliados. Sobre los plazos, algunas fuentes de la Casa Blanca indican que la proclamación formal de un Estado soberano podría fijarse para 2005, con una situación de 'soberanía provisional' mientras tanto, con el fin de que hubiera tiempo para reconstruir las infraestructuras arrasadas por la ofensiva israelí y para crear las instituciones necesarias.

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El tema de las fronteras quedaría necesariamente en suspenso, ya que Bush, según sus portavoces, prefiere que sean acordadas en un tratado de paz entre Israel y una futura Palestina soberana. Se espera, sin embargo, que en el previsto anuncio de la iniciativa de paz el presidente de EE UU haga una referencia indirecta a las fronteras de 1967 como punto de partida para la negociación. Ariel Sharon ha dicho en numerosas ocasiones que esas fronteras serían inaceptables para Israel, porque no garantizarían la seguridad del país. George W. Bush podría optar por defender el cumplimiento de las resoluciones 242 y 338 del Consejo de Seguridad de la ONU, que imponen un retorno aproximado, pero no necesariamente idéntico, a la situación previa a 1967.

El escollo más difícil sigue siendo, como lo fue para Bill Clinton en sus esfuerzos por conseguir la paz, el derecho al retorno de los millones de exiliados palestinos. Palestina no tomaría en serio una iniciativa que no contemplara, aunque fuera de forma tangencial, ese asunto; Israel rechaza por completo la posibilidad del retorno, porque teme verse demográficamente desbordado. Según la CNN, los colaboradores de Bush proponen que el presidente afirme la 'necesidad de una solución justa para el problema que tenga en cuenta las preocupaciones demográficas de Israel'.

Mártires de Al Aqsa

La Unión Europea (UE), por su parte, estudia incluir a las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa -brazo armado de Al Fatah, el partido de Arafat- en la lista de organizaciones terroristas, según informaron ayer a la agencia Reuters fuentes de los Quince. Esta decisión, que sería adoptada por los ministros de Exteriores de la UE en su reunión del próximo lunes en Luxemburgo, supondría una victoria política para el primer ministro israelí, Ariel Sharon, mientras dejaría a Arafat en una situación muy delicada. La inclusión de las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa en la lista de la UE implicaría también la congelación de los fondos de la organización en los 15 países miembros.

La propuesta europea defiende también la inclusión del Frente Popular de Liberación de Palestina (FPLP) y del Frente de Liberación de Palestina (FLP) en la lista de grupos terroristas, en la que ya figuran Yihad Islámica y el brazo armado de Hamás.

El jefe de la delegación negociadora palestina, Saeb Erekat, afirmó ayer que el plan de paz que prevé anunciar Bush deberá incluir en cualquier caso un plazo para dar por terminada la ocupación de Gaza y Cisjordania de las fuerzas militares israelíes. 'Esperamos que EE UU especifique un mecanismo y un calendario para poner fin a la ocupación israelí', precisó Erekat a la agencia Reuters.

Bush escucha el himno de EE UU en un acto en la Universidad de Ohio.
Bush escucha el himno de EE UU en un acto en la Universidad de Ohio.AP

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