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EE UU critica la ayuda nuclear de Rusia a Irán

La colaboración nuclear de Rusia con Irán ha estado en el centro de las conversaciones mantenidas en Moscú por Spencer Abraham, ministro de Energía de EE UU, quien ayer se entrevistó con Alexandr Rumiántsev, titular de Energía Atómica. Washington se opone a la ayuda que los rusos brindan a los iraníes en la construcción de la central nuclear de Bushehr y ha recibido con alarma la noticia de que el Kremlin piensa construir otros cinco reactores atómicos en ese país, al que considera integrante del eje del mal.

El plan de desarrollo de comercio y cooperación entre Rusia e Irán, aprobado la semana pasada por el primer ministro, Mijaíl Kasiánov, fue una desagradable sorpresa para EE UU, que desde hace tiempo presiona al Kremlin para que éste cese toda colaboración nuclear con Teherán. De acuerdo con el documento gubernamental, para el año 2012, gracias a la ayuda rusa, Irán podrá contar con cuatro reactores nucleares en los alrededores de Bushehr, puerto en el golfo Pérsico, y otros dos en Ahvaz, a 60 kilómetros de la frontera con Irak. Estos planes de ampliación de la ayuda a Irán han caído como un jarro de agua fría sobre los dirigentes estadounidenses, que estaban convencidos de haber 'alcanzado progresos' con Moscú en torno al problema del programa nuclear iraní. Además de los reactores, que pueden tener un costo de más de 10.000 millones de euros, Rusia planea construir en Irán centrales eléctricas convencionales, vender armas, explotar yacimientos de gas y petróleo, fabricar conjuntamente aviones y colaborar en las industrias metalúrgica y de comunicaciones.

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Moscú coquetea con el 'eje del mal'

'Hemos insistido firmemente ante Rusia para que cese toda cooperación nuclear con Irán, incluida su asistencia en la construcción del reactor en Bushehr', declaró Abraham, quien aseguró que Teherán 'está tratando enérgicamente de crear armas nucleares y de destrucción masiva'. De ahí que 'la ampliación de la cooperación nuclear de Rusia con Irán es un tema que nos preocupa en grado sumo', señaló el ministro estadounidense, quien ayer volvió a transmitir la inquietud de Washington ante su colega Rumiántsev. Pero sin éxito, como lo demuestra el hecho de que la conferencia de prensa conjunta fue cancelada.

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