El reportero samaritano

Goma, Zaire. 1997. La escena es desgarradora: miles de hombres, mujeres y niños se amontonan en un campamento de refugiados. Están enfermos y famélicos, y levantan sus esqueléticos brazos hacia los periodistas extranjeros. Uno de ellos es el catalán Miguel Gil Moreno, enviado por Associated Press. Su objetivo, sin embargo, no sólo capta la sinrazón, en su vídeo se percibe una mano blanca, de hombre, que agarra a uno de los hacinados y tira fuerte de él. Es la mano de Gil. El cuadro ilustra a la perfección el talante del reportero, asesinado en Sierra Leona, en 2000, a los 32 años, y es una de las imágenes más impactantes de Miguel. Në terren (sobre el terreno, en idioma albanés), de Lluís Jené y Enric Miró, periodistas de TV-3.

Pero el documental no sólo pone al descubierto la naturaleza de Gil, sino que además plantea una reflexión, muy actual por cierto, sobre la ética periodística en los conflictos bélicos. El último, la guerra de Irak, ya se ha cobrado la vida de 12 periodistas, dos de ellos los españoles Julio A. Parrado, de El Mundo, y José Couso, cámara de Tele 5. Los autores explican que primero pensaron realizar una pieza sobre reporteros de guerra, pero Jordi Ambrós, responsable de documentales de TV-3, les sugirió que lo hicieran a través de la figura de Miguel Gil, "una persona extraordinaria", dice Ambrós. "La idea nos gustó; visitamos a la familia Gil, y se nos abrió todo un mundo cuando nos mostraron la gran cantidad de material que tenían", cuenta Jené.

Desde aquel momento, empezaron a apasionarse por la vida de ese personaje desconocido hasta entonces para ellos, que a los 25 años abandonó el prestigioso gabinete de abogados donde trabajaba, se subió a una moto y enfiló hacia Bosnia, porque había visto en televisión unas imágenes de Mostar que le habían sacudido. Allí empezó como reportero, con una acreditación de la revista Sólo Moto.

En siete años no sólo llegó a pertenecer a la élite de Associated Press, sino que se hizo un lugar entre los grandes del reporterismo de guerra, y en los corazones de sus colegas. En Miguel. Në terren participan numerosos reporteros de fuste de los grandes medios -Reuters, Associated Press, CNN, EL PAÍS y Gama, entre ellos-, y víctimas a las que Gil ayudó, como un soldado kosovar al que le salvó la vida. "No nos costó convencer a la gente de que interviniera; más complicado fue acordar las citas", señala el productor Joan Pavón.

Las declaraciones de los reporteros hablando de Gil y sus propias palabras ofrecen elementos para el debate sobre los límites del periodismo de trinchera. "En cada conversación, notábamos que, aunque los compañeros de Miguel hablaban de él con emoción, en el fondo tenían la necesidad de vaciarse ellos mismos", comenta Enric Miró. Es el caso de la ex fotógrafa de Reuters Corine Dufka, que cuenta cómo abandonó su profesión demasiado golpeada por el espanto de las guerras. O del fotoperiodista Gervasio Sánchez, que recuerda que Gil "era muy consciente del utilitarismo que se hace de su trabajo".

El documental -para el que aún no hay fecha de emisión-, es además un compendio de las imágenes de los conflictos del último decenio. Con el filtro, eso sí, de la mirada compasiva de Gil hacia las víctimas.