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El Parlamento británico concluye que Blair no exageró el peligro militar de Irak

El Gobierno de Londres celebra la decisión de los Comunes y exige disculpas a la BBC

Tony Blair no engañó a los Comunes al presentar ante el Parlamento los peligros que representaba el régimen de Sadam Husein. A esa conclusión llegó ayer el Comité de Exteriores de los Comunes. Pero sólo los laboristas votaron a favor del Gobierno en los puntos más conflictivos tamizando así la euforia del Gobierno. Mientras el ministro de Exteriores exigía de nuevo una disculpa de la BBC, la corporación reiteró que las conclusiones de los Comunes no descalifican su trabajo y la oposición reclamó una investigación judicial para aclarar los puntos aún oscuros.

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El Gobierno necesitó el voto decisivo del presidente del Comité de Exteriores, Donald Anderson, para lograr la absolución en los puntos más candentes, pero logró su principal objetivo: la conclusión decisiva de que los miembros del Gobierno no engañaron al Parlamento y la asunción de que el director de Comunicaciones y Estrategia de Blair, Alastair Campbell, no jugó ningún papel en la decisión de incluir en el primer informe del Gobierno sobre Irak el alarmante dato de que Sadam podía desatar un ataque masivo en 45 minutos.

De inmediato, el ministro de Exteriores, Jack Straw, compareció a las puertas de Downing Street para proclamar el triunfo del Gobierno, que se veía formalmente liberado de la acusación de haber manipulado los informes sobre Irak para convencer a la titubeante opinión pública británica de la necesidad de ir a la guerra contra Irak porque el régimen de Sadam Husein constituía un peligro inminente. "Creo que la BBC se tiene que disculpar", proclamó.

Pero el director de informativos de la televisión pública, Richard Sambrook, que había escuchado las declaraciones del ministro en directo, reiteró que no había motivos para la disculpa porque el informe del comité parlamentario legitimaba su decisión de emitir la polémica información. El informe subraya que aunque Alastair Campbell no manipuló ese informe, se le dio "una preeminencia exagerada" al detalle de que Sadam podía atacar en 45 minutos y critica el lenguaje del informe, "más afirmativo del utilizado tradicionalmente en los informes de inteligencia".

"Los problemas que han rodeado la información de los 45 minutos han visto la luz y han recibido la adecuada atención del público gracias al periodismo de la BBC", declaró Sambrook. Los conservadores apoyaron ayer a la BBC al coincidir con Sambrook en que la corporación no tiene por qué pedir disculpas.

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Puntos negativos

Aunque el Gobierno cantó victoria, la oposición destacó los muchos puntos negativos que para el Ejecutivo de Tony Blair comportan los 54 folios y 33 conclusiones y recomendaciones de los diputados. Entre esos puntos negativos para el Gobierno está la conclusión de que la afirmación de uno de los informes de inteligencia de que Irak había intentado adquirir grandes cantidades de uranio en África, jamás confirmada, "debería haber reflejado mejor el hecho de que se trataba de una incertidumbre".

Los diputados concluyen también que la amenaza de los 45 minutos "no tendría que haber recibido tanta preeminencia en el informe, porque se basaba en una sola fuente y no había sido confirmada"; que fue un error que Alastair Campbell hubiera presidido una reunión de inteligencia; critican el nivel de autonomía que se le dio a Campbell, un factor que "contribuyó" a los errores cometidos en el segundo informe del Gobierno sobre Irak, y califica ese informe de "contraproducente".

"El informe no es concluyente", destacó el líder de los Liberales Demócratas, Charles Kennedy. "El comité ha dicho que no ha tenido acceso a suficiente material de inteligencia y que, por lo tanto, no puede ser tan concluyente como el Parlamento y la opinión pública desearían. Debería haber una investigación judicial independiente en la que el primer ministro debería prestar testimonio", reclamó Kennedy.

Michael Ancram, responsable de la política exterior de los tories, insistió en que el Gobierno ha engañado al Parlamento, aunque no lo haya hecho de manera intencionada, emplazó a Blair para que acudiera a la Cámara a dar explicaciones y reiteró también la petición de una investigación independiente.

El ex ministro laborista Robin Cook, que dejó el Gabinete en desacuerdo con la guerra de Irak, insistió en que lo importante no es si el Gobierno británico ha manipulado o no los informes "sino si estos informes son correctos". Cook cree que la ausencia de armas de destrucción masiva en Irak es el verdadero problema y que las trifulcas entre el Gobierno y la BBC "son una pantalla de humo" para ocultar que la guerra no estaba justificada.

El periodista de la BBC Andrew Gilligan, que investigó los informes presentados por Blair al Parlamento sobre Irak.
El periodista de la BBC Andrew Gilligan, que investigó los informes presentados por Blair al Parlamento sobre Irak.AP

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