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La policía sueca asegura que el asesinato de la ministra de Exteriores no estaba planeado

Anna Lindh recibió un correo electrónico con amenazas el pasado 27 de agosto

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El jefe de la investigación habló de "una mujer de unos 55 años vestida con chaqueta roja con aspecto de ser del sur de Europa", cuyo testimonio podría ser clave para identificar al asesino. Señaló que se estaban analizando las cintas de vídeo de los grandes almacenes donde Lindh encontró la muerte. Mientras, miles de suecos, desde adolescentes hasta jubilados, con el primer ministro, Göran Persson, a la cabeza, se concentraron en el centro de Estocolmo para honrar la memoria de la ministra asesinada.

Jennekvist subrayó la importancia de que esa mujer, citada por otros testigos, se pusiera en contacto con la policía, ya que según relataron éstos, llegó a agarrar al asesino y gritar: "¡Deténganlo!". También dijo que sería primordial que visionara las cintas de vídeo del circuito interno de los grandes almacenes, si bien reconoció la fatalidad de que no había cámaras en la primera planta, donde se produjo el apuñalamiento, y que las filmaciones eran de muy mala calidad, por lo que aseguró que su análisis "llevará tiempo".

Las buenas noticias fueron que en esas cintas se veía a un hombre que reunía las características del sospechoso -"unos 30 años, de 1,80 metros de estatura, pelo largo y oscuro, sin barba ni bigote, de apariencia nórdica y con el rostro ajado"-; que la ministra estaba acompañada por una antigua jefa de prensa del Ministerio de Exteriores y que el departamento de policía había recibido ya mil llamadas del público ofreciendo pistas sobre el asesino.

Las autoridades policiales informaron también de que estaban elaborando un retrato robot del agresor de Lindh, aunque sin dar más detalles para no contaminar la memoria de los testigos, y de que dos individuos que fueron detenidos el jueves habían sido puestos en libertad sin cargos. Al parecer, ambos pertenecían a la categoría de "sospechosos habituales", vagabundos, drogadictos o elementos marginales de la sociedad sueca.

Las explicaciones de la policía no lograron disipar del todo el temor de una nueva edición del caso Palme, aún sin resolver. Ayer se supo que la ministra había recibido el pasado 27 de agosto un correo electrónico con amenazas, y en el que se la acusaba de ser "una puta ávida de poder sentada en las rodillas de los empresarios". El correo fue recibido por Lindh al día siguiente de publicar en la prensa sueca un artículo junto con el presidente del grupo de telecomunicaciones Ericsson, Carl Henric Svanberg, en el que pedían el voto a favor del euro en el referéndum que se celebrará mañana. La policía se limitó a anunciar su compromiso de revisar a fondo toda la correspondencia de Lindh.

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El recuerdo de Olof Palme también estuvo presente en el emotivo homenaje que los ciudadanos de Estocolmo, de todas las edades y tendencias políticas, rindieron ayer en la plaza de Sergels Torg a Anna Lindh. El primer ministro, Göran Persson, pronunció un breve discurso en el que leyó las palabras pronunciadas por Lindh, cuando era dirigente de las Juventudes Socialdemócratas en el funeral de Palme, en 1986. -"Tenemos que continuar la lucha por la paz, por la solidaridad internacional, por una Suecia libre y abierta sin racismo ni xenofobia"-, y concluyó así: "Las actividades de la campaña y la polémica han terminado, pero mi responsabilidad y la vuestra no".

Persson nombró ayer al hasta ahora ministro de Migración y Ayuda al Desarrollo, Jan O. Karlsson, un hombre controvertido, nuevo ministro de Exteriores de forma interina.

Una foto de la ministra de Exteriores, Anna Lindh, que fue asesinada el miércoles pasado, cubierta de flores ayer en Estocolmo.
Una foto de la ministra de Exteriores, Anna Lindh, que fue asesinada el miércoles pasado, cubierta de flores ayer en Estocolmo.REUTERS

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