Críticas a la política antiterrorista del Kremlin
Tras el sangriento atentado de ayer, algunas voces se levantaron para cuestionar la política de Vladímir Putin frente al terrorismo. La más notable vino de la asociación de víctimas de Nord-Ost, que reúne a parientes de las 129 personas que murieron en octubre de 2002 como consecuencia del asalto de las tropas de élite rusas al teatro moscovita tomado por un comando checheno.
En una carta abierta, la asociación se dirigió al presidente ruso en términos muy duros: "En estos días de campaña electoral, tenemos, con amargura y dolor, que hacerle una pregunta, Vladímir Vladimirovich: ¿es usted realmente el garante de nuestra seguridad, de nuestro derecho a la vida?".
En el plano internacional, los principales dirigentes del mundo cerraron filas detrás de Vladímir Putin. De todas la cancillerías llegaron mensajes de condolencia y de apoyo al mandatario ruso en su lucha contra el terrorismo. Putin fue el primer dirigente internacional que llamó a George W. Bush después de los atentados del 11 de septiembre de 2001. El presidente estadounidense no quiso ayer ser menos: llamó a su homólogo ruso para expresarle su pésame y su condena de la matanza en los términos más firmes. "Estamos con Rusia en su determinación de llevar a los responsables ante la justicia", afirmó.
En Europa las reacciones de rechazo al atentado fueron unánimes. El presidente del Gobierno español, José María Aznar, envió una carta al dirigente ruso en la que reiteró su compromiso en "la lucha contra el terrorismo, una auténtica lacra que busca la destrucción de las libertades democráticas".
El presidente francés, Jacques Chirac, afirmó que "ninguna causa puede justificar estos actos", mientras Gerhard Schröder, el canciller alemán, expresó su aflicción e indignación. El Consejo de Europa habló incluso de "acto de barbarie".
