El desplome de la cubierta de un parque acuático deja al menos 28 muertos en Moscú
Las autoridades de la capital rusa investigan si hubo fallos de diseño o de construcción
El número de víctimas mortales dejado por el derrumbe del techo del parque acuático Transvaal, en Moscú, se elevaba anoche a 28. Pero esta cifra probablemente aumentará, ya que oficialmente aún hay 17 desaparecidos, que pueden estar bajo los escombros a temperaturas muy inferiores a cero grados. La policía de la capital rusa no descarta que pueda haber muchas más personas en el lugar de la tragedia, ya que, según sus datos, en el momento de desplomarse la cubierta de cristal y cemento había cerca de 500 visitantes en las piscinas, y por el momento sólo se sabe del destino de unas 300 personas.
Los socorristas continuaban anoche las labores de rescate, utilizando perros especialmente adiestrados y el mínimo de equipos para no aplastar definitivamente a las personas que aún pueden encontrarse bajo el amasijo de hierros y hormigón que cubrió las piscinas del moderno parque acuático. Para evitar que los posibles sobrevivientes mueran congelados -en Moscú ayer la temperatura era de 15 grados bajo cero durante el día-, las autoridades moscovitas organizaron el bombeo de aire caliente bajo los escombros.
La tragedia se produjo a las 19.15 del sábado -dos horas menos en la España peninsular-, y los moscovitas pudieron ver por televisión imágenes desgarradoras y algunas surrealistas. Un muchacho ensangrentado daba alaridos de dolor cuando lo sacaban por un hueco entre los escombros, mientras que una mujer se negaba a salir de entre las ruinas. "Yo podría encaramarme y salir, pero no quiero dejar abandonada aquí abajo a la niña de cinco años que está conmigo y no tengo fuerzas para subirla", explicaba por una fisura. Otro hombre salió corriendo al frío de la noche en bañador, al tiempo que gritaba: "Me congelo, ¿adónde puedo ir?". Muchas personas fueron internadas por hipotermia, ya que permanecieron horas debajo de los escombros en el frío de la noche y cuando lograron salir a la superficie iban prácticamente desnudas. Más de 80 personas continúan hospitalizadas, 5 de ellas en estado crítico y otras 13 graves.
Entre los que lograron escapar con vida, algunos dijeron al principio que habían escuchado una explosión, por lo que en un primer momento se pensó que el derrumbe podría haber sido causado por un nuevo atentado terrorista. Pero esas personas confundieron el estruendoso ruido producido por el derrumbe de la cúpula de cristal sobre las piscinas con un estallido. La policía, después de revisar los vídeos de vigilancia, interrogar a decenas de testigos y examinar el lugar, descartó definitivamente esa posibilidad.
Ahora los expertos deberán determinar la causa del derrumbe. La versión de que fuera la nieve acumulada en el techo tampoco encuentra confirmación, y las autoridades moscovitas piensan que pudo deberse a un error en los cálculos de estructuras, a defectos de la construcción o que se utilizaran materiales defectuosos. De momento, el Comité Estatal de Construcción suspendió ayer la licencia de la firma turca Kocak Insaat y del Taller Arquitectónico de Serguéi Kiseliov y Asociados, las empresas responsables del diseño y edificación del parque acuático.
Homicidio no premeditado
La fiscalía, mientras tanto, citó a la dirección y constructores del parque acuático Transvaal para interrogarlos, al tiempo que abría una causa criminal por homicidio no premeditado provocado por negligencia.
El sábado, el parque Transvaal vendió 1.360 entradas, y se calcula que medio millar de personas se encontraban en la zona de las piscinas en el momento del derrumbe. Las autoridades moscovitas han hecho un llamamiento a los parientes de las personas que podrían haberse encontrado en Transvaal en el momento del accidente para que se pongan en contacto con la policía a fin de ayudar a determinar el número de desaparecidos y su identidad. Un portavoz del Ministerio de Situaciones de Emergencia dijo que había 145 cajas con ropa no reclamada.
Transvaal es un gran complejo recreativo -más de 20.000 metros cuadrados de superficie-, en el que, además de piscinas y atracciones acuáticas, funciona una cafetería, un bar, una bolera, otra sala con billares, un gimnasio y un salón de belleza. En total, unas dos mil personas pueden encontrarse simultáneamente en el moderno edificio. Se trata del primer parque acuático de la capital rusa, construido en 2002 en un tiempo récord -seis meses- e inaugurado en septiembre para el Día de Moscú, en Yásenevo. Este barrio del suroeste de la capital es conocido, entre otras cosas, porque en él se encuentra la sede del Servicio de Espionaje Exterior. El derrumbe del techo del parque ha inducido a las autoridades a anunciar una revisión en una serie de edificaciones relativamente nuevas, para evitar que se produzca otra tragedia.
