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LA POSGUERRA DE IRAK | La investigación de las torturas

Powell promete justicia a los países árabes tras las torturas en Irak

El Pentágono prohíbe los métodos más coercitivos de interrogatorio

Colin Powell ejerció ayer de apagafuegos. El secretario de Estado norteamericano aprovechó su discurso inaugural ante el Foro Económico Mundial en la localidad jordana de Sweime para asegurar a una audiencia mayoritariamente árabe que lo sucedido en la prisión iraquí de Abu Ghraib es "inconsistente con los valores de EE UU", y reiterar que su país hará justicia.

Por otra parte, el general Ricardo Sánchez, responsable de las tropas de la coalición en Irak, decidió el pasado jueves introducir nuevas reglas de interrogatorio a prisioneros prohibiendo los métodos más coercitivos, informó el Pentágono en la noche del viernes.

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El secretario de Estado, Colin Powell, como antes el rey Abdalá de Jordania, admitió en de forma implícita el estancamiento del proceso político en la región al reconocer que, al igual que un año atrás, Irak y el conflicto israelo-palestino marcan la agenda. Respecto al primero de los asuntos, Powell abordó de entrada el escándalo de las torturas, sin tratar de minimizar la gravedad de los hechos que, aseguró, le habían "inquietado profundamente". "No vamos a escondernos", señaló, "vamos a afrontarlo y tengan la seguridad de que se hará justicia". "Van a ver la democracia de EE UU en acción", prometió. No obstante, insistió en que no deben ocultar el gran trabajo que la mayoría de los soldados están llevando a cabo en ese país.

En cuanto a la transición política, repitió el programa de traspaso de soberanía el 30 de junio y organización de elecciones siete meses después. Pero el cambio de tono era perceptible. Subrayó sobre todo la implicación de la ONU y destacó el trabajo de su enviado, el diplomático Lajdar Brahimi. "En el plazo de dos semanas habrá identificado a los dirigentes que formarán el Gobierno provisional", anunció. También destacó que el nuevo embajador, John Negroponte, no sustituirá a Paul Bremer como administrador del país. "Es el Gobierno provisional el que va a remplazarle", apuntó.

Las declaraciones de Powell se producen poco después del cambio en las técnicas de interrogatorio por orden del general Sánchez, una decisión que ha sacado a la luz nuevas contradicciones en el Pentágono. Rumsfeld dijo el jueves, tras su visita sorpresa a Abu Ghraib, que EE UU está respetando la Convención de Ginebra, salvo en el caso de los presos de Al Qaeda.

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El secretario de Defensa reiteró que los abusos que estaban saliendo a la luz en Irak eran obra de unos pocos. Pero el general Sánchez, en plena marejada de críticas contra la actuación de sus militares, ponía en evidencia a Rumsfeld al introducir nuevas directrices para los interrogatorios.

El Mando Central en Irak, para empezar a corregir la situación creada a raíz del escándalo de las torturas, prohibió las técnicas más coercitivas, como la privación del sueño a los detenidos -72 horas-; encapuchar a los prisioneros; forzarlos a estar en cuclillas desnudos durante un largo periodo -más de 45 minutos- para provocarles situaciones de estrés o usar perros para intimidarlos. Estos métodos fueron calificados el jueves por Paul Wolfowitz como tácticas "inhumanas" durante una comparecencia ante el Senado.

La de Wolfowitz era la segunda contradicción ese día hacia la afirmación de Rumsfeld sobre el respeto a la Convención de Ginebra. El Pentágono mantenía hasta ahora que estas técnicas no violaban el citado acuerdo y estaban permitidas por los mandos sobre el terreno si las consideraban apropiadas. Ninguna fue, en cualquier caso, autorizada desde el Mando Central estadounidense en Irak. El general Ricardo Sánchez sí podrá considerar la posibilidad de aplicar a los prisioneros largos periodos de aislamiento -superiores a los 30 días-. Una táctica que, según reconocieron fuentes del Pentágono, ha sido aprobada en 25 ocasiones.

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