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EL CONFLICTO DE ORIENTE PRÓXIMO | Matanza en Gaza

El Ejército israelí mata a 10 palestinos y hiere a otros 50 al disolver una manifestación con misiles

Un helicóptero Apache abre fuego contra miles de civiles que protestaban en Rafah contra la demolición de sus casas

Jorge Marirrodriga

Más de 3.000 palestinos, muchos de ellos jóvenes y escolares, marchaban ayer desde un sector del campo de refugiados de Rafah hacia la barriada de Tel al Sultán, sellada por el Ejército israelí y donde se están produciendo la mayor parte de las detenciones, derribos de casas y combates con los milicianos de los movimientos radicales palestinos. Protestaban contra la mayor operación que ha emprendido Israel en Gaza desde 1967. De pronto, un helicóptero Apache que sobrevolaba la manifestación lanzó uno o varios cohetes. Al menos 10 personas murieron y más de 50 resultaron heridas. El caos y el terror se apoderaron de la multitud.

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Horas antes, el Ejército israelí había ordenado con megáfonos que todos los hombres mayores de 16 años se presentaran en una escuela de Rafah para controlar su identidad. Esto se sumaba a una jornada crítica, la del lunes, en la que 22 palestinos habían muerto en la operación Arco Iris para despejar esta zona fronteriza con Egipto. Por ello, miles de personas se unieron en la manifestación de civiles contra Israel.

Las versiones difieren sobre si los disparos fueron efectuados desde un helicóptero o un carro de combate. La matanza provocó la reacción inmediata de las autoridades palestinas, que redoblaron sus llamamientos a una intervención internacional en el conflicto, y causó una tormenta política en Israel, donde varios parlamentarios de la oposición ya hablan abiertamente de "crímenes de guerra".

Entre nubes de polvo provocado por los mismos manifestantes en su estampida, gritos de dolor de los heridos y de miedo de los ilesos, decenas de personas trataban de auxiliar a los heridos que, ensangrentados, yacían en el suelo o permanecían en pie aturdidos. Según los palestinos, una parte de los manifestantes que huían se dirigieron directamente hacia los bloqueos militares, por lo que, durante algunos momentos se vieron inmersos en un fuego cruzado. Las primeras ambulancias trataron de trasladar a los heridos que les eran llevados en brazos a la carrera al ya desbordado dispensario de Rafah en medio de un desorden donde era imposible distinguir quiénes eran los heridos más graves.

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Todos, incluyendo a los militares, fueron conscientes de la gravedad de lo ocurrido y de sus consecuencias. Los mandos israelíes ordenaron el levantamiento parcial del bloqueo de Rafah, permitiendo que ambulancias y vehículos cargados con heridos pudieran atravesar las líneas para acudir a otros hospitales y centros sanitarios de la franja de Gaza. Algunas informaciones apuntaban a que también se había permitido el paso de heridos a Egipto para que fueran atendidos al otro lado de la frontera. Por toda la franja se repitieron los llamamientos a la lucha contra los israelíes, tanto a través de carteles como de los altavoces de las mezquitas. "Me recuerda al día que mataron al jeque Yassin", decía Ahmed Omar, un administrativo de Gaza que tiene familia en Rafah y de la que no sabe nada desde hace dos días.

Anoche, el Ejército israelí emitió un comunicado en el que reconocía que los disparos podrían proceder de un carro de combate, admitiendo que éstos habían abierto fuego con sus cañones y ametralladoras, aunque aseguró que en la zona de los disparos no había gente. La portavoz aseguró que el helicóptero disparó un misil lejos de la multitud, que los carros y tropas hicieron disparos de advertencia y que, ante el avance de los manifestantes -incluidos algunos armados- los carros dispararon cuatro obuses contra un edificio abandonado. Fuentes militares señalaron a este periódico que probablemente los disparos no fueron efectuados por el helicóptero, ya que éste sólo lanzó salvas de advertencia. "Hemos abierto una investigación", aseguró un portavoz del Ejército. Otras fuentes apuntaban a un error en la cadena de mando.

"Es un crimen de guerra. No hay nada que justifique disparar misiles contra una manifestación pacífica. Ya basta de engaños. ¿Por qué Sharon está haciendo todo esto si se quiere ir de Gaza?", se preguntaba ayer Saeb Erekat, ministro palestino de Negociaciones. El presidente palestino, Yasir Arafat, calificó el ataque de "genocidio" y Al Fatah convocó tres días de huelga general en Gaza.

El ataque contra la manifestación de civiles provocó una auténtica tormenta política en Israel, donde en el Parlamento se vivió ayer por la tarde una encendida sesión en la que los diputados árabe israelíes acusaron al Gobierno de practicar crímenes de guerra. Ahmed Tibi pidió el procesamiento de Sharon, del ministro de Defensa y del piloto que disparó los cohetes. De nada sirvieron las excusas presentadas por el viceministro de Defensa, Zeev Boim, ni por Yuval Steinits, un destacado miembro del Likud. La oposición se ha tirado al cuello del Gobierno y le ha exigido una explicación satisfactoria y el fin de las operaciones militares. El laborista Yuli Tamir reclamó que los soldados israelíes salgan de Gaza antes de que ésta se convierta en otro Líbano.

En primer plano, el niño palestino de ocho años Mubarek Saleem, en la morgue de Rafah junto a otros siete cadáveres.
En primer plano, el niño palestino de ocho años Mubarek Saleem, en la morgue de Rafah junto a otros siete cadáveres.AP

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Sobre la firma

Jorge Marirrodriga
Doctor en Comunicación por la Universidad San Pablo CEU y licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra. Tras ejercer en Italia y Bélgica en 1996 se incorporó a EL PAÍS. Ha sido enviado especial a Kosovo, Gaza, Irak y Afganistán. Entre 2004 y 2008 fue corresponsal en Buenos Aires. Desde 2014 es editorialista especializado internacional.

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