Los nuevos socios pagan su entrada
Los nuevos miembros que se incorporaron a la UE en 2004 figuran como los principales paganos de las cuentas británicas. Polonia, Hungría, la República Checa, Letonia, Lituania, Estonia pagan ahora su candidez manifestada el pasado junio cuando anunciaron su predisposición a renunciar a parte de los fondos que les correspondían en aras a facilitar un acuerdo.
Al pragmatismo de la diplomacia británica no se le escapó el dato y les tomó la palabra. La propuesta presentada por Blair el lunes implica una reducción de los fondos estructurales que debían recibir esos países de unos 14.000 millones de euros, es decir un 10% del total. Reino Unido alivió este recorte, criticado por la mayoría de países de la UE, con una serie de mejoras en la llamada "capacidad de absorción" y en la cofinanciación. Respecto a la capacidad de absorción ha eliminado muchos obstáculos para que no se pierdan proyectos por rebasar ciertos límites, una medida que no supone ningún coste para las arcas comunitarias. Respecto a la cofinanciación comunitaria en los proyectos es una mejora más sustantiva ya que sube del 80% al 85%.
Polonia, el principal país receptor de esos fondos, ya manifestó que la propuesta "es inaceptable", según indicó ayer su primer ministro, Kazimierz Marcinkiewicz. El primer ministro húngaro, Ferenc Gyurcsany, calificó de "decepcionante" la propuesta.
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