Tel Aviv rechaza un alto el fuego temporal
La ONU había pedido un cese de hostilidades de 72 horas para evacuar a civiles libaneses
Pidió Naciones Unidas el viernes un alto el fuego de 72 horas para proporcionar ayuda humanitaria y para evacuar a los ancianos, niños, discapacitados y heridos atrapados en la zona más conflictiva del sur de Líbano. Y ayer Israel rechazó la propuesta. "No hay necesidad para un alto el fuego temporal. Israel ha abierto corredores desde y hacia Líbano", aseguró el portavoz del Gobierno, Avi Pazner, que acusó a Hezbolá de impedir la llegada de las ayudas para provocar una crisis humanitaria.
La decisión del Ejecutivo de Ehud Olmert provocó una airada reacción de Francia por boca de su ministro de Asuntos Exteriores, Philippe Douste-Blazy: "Apoyamos firmemente la propuesta planteada el viernes por Jan Egeland. Y lamentamos profundamente la posición del Gobierno israelí", señaló el jefe de la diplomacia francesa.
"Hay algo que marcha muy mal en esta guerra en la que mueren más niños que hombres armados", había advertido Egeland, coordinador de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas. De los casi 600 civiles muertos en el sur de Líbano, una tercera parte de ellos son menores de edad, muchos de ellos víctimas de los precisos ataques de la aviación israelí.
Las palabras de Pazner se compadecen mal con la situación que se vive en territorio libanés. El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) informó de que ayer llegó, procedente de Siria, el primer convoy de ayuda para los 700.000 desplazados que se amontonan en las montañas cercanas a Beirut. Más de 100.000 personas viven en 650 escuelas. El material enviado, unas 140 toneladas de ayuda humanitaria, se reduce a mantas, colchones y utensilios de cocina, mientras los dirigentes libaneses apuntan que las reservas de alimentos comienzan a agotarse.
El organismo de la ONU confía en que hoy y mañana arribarán tiendas de campaña para aliviar las condiciones de los hostales repletos de refugiados. En el lado sirio las cosas también se agravan. Unos 10.000 libaneses cruzan a diario la frontera y las autoridades locales no dan abasto.
