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Un mafioso arrepentido vincula a Berlusconi con la Cosa Nostra

El primer ministro italiano tacha las acusaciones de absurdas

Unos minutos antes de las 12 del mediodía, en medio de un silencio sepulcral, entraba en la sala búnker del Tribunal de Turín Gaspare Spatuzza, el capo arrepentido de la mafia siciliana citado como testigo en el juicio de apelación contra el senador Marcello Dell'Utri, estrecho colaborador de Silvio Berlusconi desde la década de los setenta y condenado en primer grado a nueve años por complicidad mafiosa.

Spatuzza iba protegido por 10 carabineros de paisano y se tapaba la cara con una gorra azul. Fue sentado tras una cortina que le protegía de las miradas de los más de 200 periodistas acreditados y del numeroso público, y comenzó su declaración diciendo: "Diré toda la verdad y no esconderé nada".

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El interrogatorio empezó con retraso porque la defensa de Dell'Utri intentó frenarlo al considerarlo improcedente. El tribunal desestimó la petición y Spatuzza, de 45 años, que se hizo colaborador de la justicia en marzo de 2008 con la bendición de sus capos y el apoyo espiritual del obispo de L'Aquila, comenzó a relatar su historia.

Con voz segura, reconoció que desde 1980 hasta 2000 había pertenecido a una "organización terrorista mafiosa llamada Cosa Nostra"; recordó que formaba parte de la familia de Giuseppe Graviano y admitió que fue condenado a varias cadenas perpetuas por "una cuarentena de asesinatos, secuestros de personas y atentados".

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Aclaró que decía "terrorista" porque a principios de los años noventa Cosa Nostra realizó varios atentados con bombas, "cosas que antes no hacíamos". Se acusó del atentado que mató al juez Paolo Borsellino, y admitió que la mafia celebró esa muerte y la del juez Giovanni Falcone en 1992 "porque eran nuestros enemigos principales".

El hombre de confianza de la familia de Brancaccio (Palermo) también se encargó de ejecutar otros atentados posteriores, en 1993 y 1994, en Roma, Milán y Florencia, que causaron 10 muertos. Eran, dijo, "atentados "anómalos": "Esos muertos no nos pertenecían; un día se lo dije a Giuseppe, que era como mi padre: 'Hemos matado a niños como la pequeña Nadia'. Él me dijo: 'Eestá bien que los hayamos matado, así se mueve quien se tiene que mover".

La clave del relato llega en ese momento. Spatuzza recuerda una cita en 1994 con su capo directo, en Roma: "Me encontré con Giuseppe en el bar Doney de Vía Veneto, estaba contento como si le hubiera tocado la lotería. Nos sentamos y me dijo que teníamos que matar a unos cuantos carabineros para dar el golpe de gracia. Que habíamos obtenido todo lo que buscábamos gracias a la seriedad de las personas que habían llevado adelante esta historia, y no como esos cuatro cornudos socialistas que habían recogido nuestros votos en 1988 y 1989 y luego nos habían hecho la guerra", dijo.

"Me dio dos nombres, entre ellos el de [Silvio] Berlusconi", afirmó el pentito. "Yo pregunté si era el de Canale 5 y me dijo que sí, y que también estaba un paisano nuestro, Dell'Utri. Graviano dijo que gracias a la seriedad de estas personas teníamos el país en nuestras manos".

¿Por qué tardó tanto tiempo en hablar de Berlusconi y Dell'Utri?, inquiere el fiscal. "Mi miedo a hablar del primer ministro era y es mucho. Cuando comencé a hablar con los fiscales antimafia, Berlusconi era primer ministro, y ministro de la Justicia uno [Angelino Alfano] que yo consideraba vice de Marcello Dell'Utri", respondió Spatuzza, quién comenzó a alejarse de Cosa Nostra en 1999.

Las acusaciones del arrepentido fueron calificadas ayer de "absurdas" por Silvio Berlusconi. "Son acusaciones que se comentan solas. En Italia no hay nadie dispuesto a creer este absurdo", comentó a la salida del Consejo de Ministros.

Marcello Dell'Utri, que habló con los medios presentes en el Tribunal de Turín, dijo que el interés de la mafia es "hacer caer al Gobierno que está luchando contra Cosa Nostra como nadie lo había hecho hasta ahora". "Spatuzza es un arrepentido de la mafia, no de la antimafia", subrayó.

Los jueces quieren contrastar ahora la credibilidad del testimonio. El juicio de apelación de Dell'Utri proseguirá en Palermo el 11 de diciembre con las declaraciones de los jefes Giuseppe Graviano y su hermano Filippo a través de videoconferencia.

El juez Claudio Dall'Acqua (izquierda), de Turín, escucha el testimonio del arrepentido Spatuzza protegido por la policía y una cortina.
El juez Claudio Dall'Acqua (izquierda), de Turín, escucha el testimonio del arrepentido Spatuzza protegido por la policía y una cortina.REUTERS

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