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Reportaje:

"Pones música, te tragas el Viagra y ¡adelante!"

Un miembro del coro del Vaticano contrataba servicios sexuales de hombres jóvenes para el principal imputado en el caso de la Protección Civil italiana

Angelo Balducci, de 63 años, ex presidente del Consejo de Obras Públicas, encarcelado y principal imputado en la investigación de la millonaria corrupción de la Protección Civil italiana, puede ser acusado en breve por los jueces de un nuevo delito: explotación de la prostitución masculina.

Una nueva tanda de escuchas policiales, conocida ayer, revela que Balducci, Caballero de Su Santidad -el exclusivo club laico de la Curia Romana-, recurría con frecuencia a un intermediario nigeriano, Chinedu Thomas Ehiem, de 40 años, apodado Mike y cantor de la coral de la capilla Giulia de San Pedro, para contratar los servicios sexuales de hombres jóvenes, muchas veces seminaristas e inmigrantes sin papeles.

Ehiem y su ayudante Lorenzo Renzi, de 33 años, arreglaban los encuentros de Balducci a un ritmo pautado, cada dos o tres días. Ambos manejaban una red de jóvenes aspirantes a curas, y a veces reclutaban a extranjeros en busca de permiso de residencia. A uno de ellos, el influyente Balducci le prometió una gestión ante el Ministerio del Interior.

El poderoso ingegnere, casado y con dos hijos, atendía las llamadas de los proxenetas en las situaciones más incómodas, incluso si estaba en el palacio Chigi (sede de la Presidencia del Gobierno) o en una audiencia privada con un cardenal. En las 72 páginas que ocupan las interceptaciones, se lee que Ehiem le dice a Balducci sobre un candidato: "Angelo... no te digo más. Dos metros, 97 kilos, 33 años y completamente activo".

En llamadas sucesivas, el chulo daba menos detalles: "Tengo una situación de Nápoles". "Tengo una situación cubana". "Tengo a un alemán que acaba de llegar de Alemania". "Tengo dos negros". "Tengo al futbolista". "Tengo uno de El Abruzo". "Tengo al bailarín de la RAI".

Algunos de los muchachos asisten a seminarios y colegios eclesiásticos de Roma. Un día, Balducci preguntó: "¿Él, a que hora tiene que volver al seminario?". El 6 de diciembre pasado, Renzi le explica a uno de ellos su labor: "Pillarás hasta 2.000 euros... No me toques las pelotas. Te hace falta el dinero. Pones un poco de música, sacas la [inaudible], te tragas el Viagra, y ¡adelante!".

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El cantor nigeriano fue despedido ayer del coro de la capilla Giulia por el cardenal Angelo Comastri. Fuentes vaticanas negaron que sea religioso o seminarista. La Giulia actúa en San Pedro en las ceremonias que no oficia el Papa, que se acompaña del coro de la Capilla Sixtina.

El fervor religioso de Balducci y la pervivencia en la sombra del poder de Giulio Andreotti se han revelado parte crucial del "sistema gelatinoso" denunciado por el juez de Florencia en el caso de la Protección Civil, que analiza los millonarios contratos adjudicados por sus dirigentes para el G-8 y otras emergencias y grandes eventos, civiles y religiosos. La amistad de Balducci con el viceministro Guido Bertolaso, jefe de la institución, fraguó durante el Jubileo de 2000 que ambos coordinaron. Ese éxito supuso el inicio de su escalada a la gloria bajo la protección de Gianni Letta, enlace de Berlusconi con el Vaticano, fiel de Andreotti y también Caballero de Su Santidad.

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