Duisburgo y la dirección de la Loveparade ignoraron los riesgos del recinto del festival
Los organizadores de la Loveparade y el municipio alemán de Duisburgo ignoraron las advertencias de que el lugar escogido para la celebración del festival tecno, que concluyó el sábado con una avalancha mortal, no era adecuado para un acto multitudinario. Ayer falleció uno de los heridos, con lo que los muertos ascienden a 20.
Consultados por el Ayuntamiento, los bomberos de Dortmund, donde se celebró la Loveparade de 2008, habían alertado del riesgo que suponía que la única vía de acceso al recinto fuera un túnel que podría convertirse, dijeron, en una trampa mortal. Además, la antigua estación de mercancías de Duisburgo solo da cabida a 250.000 personas. Sean exactas o no, los organizadores de ediciones anteriores de la Loveparade daban cifras millonarias de participación. La policía ha calculado en 400.000 el número de asistentes al concierto del sábado. Los sindicatos policiales dijeron ayer que los muertos "son víctimas de los intereses materiales de los organizadores" y que la ciudad "perdió la medida" al autorizar un evento así.
El alcalde de Duisburgo, el democristiano Adolf Sauerland, prometió ayer "todo el apoyo a los investigadores" y aseguró que seguirá en el cargo pese a que "la cuestión de la responsabilidad personal" no le "deja descansar".
Los cuerpos de Marta Zapater y Clara Acosta, las españolas, de 22 años, fallecidas en la tragedia, serán repatriados el miércoles, informa desde Tarragona Ferran Balsells.
