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El Parlamento italiano intenta quitar el 'caso Ruby' a los jueces de Milán

Un día antes de que comience el juicio del caso Ruby, donde el primer ministro de Italia, Silvio Berlusconi, está imputado por prostitución de menores y abuso de poder, la Cámara de Diputados aprobó el martes una moción parlamentaria que niega legitimidad al Tribunal de Milán para juzgar al primer ministro y pide al Tribunal Constitucional que traslade el caso a la Corte de los Ministros.

La resolución impulsada por el centro-derecha, que se aprobó con 314 votos a favor y 302 en contra, es un golpe de mano que plantea un conflicto entre poderes del Estado implicando al poder legislativo en el choque institucional que mantienen el Ejecutivo con el Judicial.

Ahora, la palabra pasa a las tres jueces de Milán llamadas a juzgar a Berlusconi. La fiscalía ya ha anunciado que quiere proseguir con el proceso a la espera de la decisión final del Constitucional, pero el abogado de Berlusconi solicitará, probablemente este mismo miércoles, la suspensión del mismo. Los antecedentes son favorables a Berlusconi. El caso Abu Omar fue cancelado hace dos años por los jueces en una situación similar.

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El Constitucional decide

Si la Corte Constitucional decidiera que el delito de abuso de poder es competencia del Tribunal de Ministros, desautorizando así a los fiscales milaneses, la mayoría de centro-derecha tendría entonces la facultad de negar, como ha hecho siempre en casos similares, la autorización para procesar a Berlusconi. Para apoyar su argumento de que la Fiscalía de Milán no es imparcial, el primer ministro comparó ayer al ministerio público con las Brigadas Rojas.

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La moción solo prosperó gracias a los votos de los tránsfugas del grupo Iniciativa Responsable, captados por Berlusconi en diciembre pasado a cambio de prebendas y cargos (uno de ellos, Saverio Romano, es hoy ministro de Agricultura), y al inesperado apoyo de tres nuevos chaqueteros, del grupo Liberal-Democrático, que visitaron a Berlusconi por la mañana en Palacio Grazioli.

La oposición en bloque votó en contra, y el portavoz del Partido Democrático, Dario Franceschini, afirmó que se había escrito una "nueva página vergonzosa en el Parlamento". Mientras la Cámara votaba, en las calles de Roma varios miles de personas se manifestaron contra el "uso personalista del Parlamento y la degradación de la democracia".

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