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El último seísmo daña tres centrales más

La planta de Onagawa es la que más ha sufrido pero no se han detectado fugas radiactivas - La réplica del jueves ha dejado sin electricidad a 3,3 millones de personas en el noreste de Japón

El terremoto que sacudió el jueves por la noche el noreste de Japón con una magnitud de 7,1 en la escala de Richter ha vuelto a poner de manifiesto los riesgos potenciales de las plantas nucleares del país, debido a su instalación en una zona de gran actividad sísmica. El temblor -réplica del terremoto de intensidad 9 del pasado 11 de marzo, que provocó un gigantesco tsunami y desencadenó una grave crisis atómica en la central de Fukushima- causó al menos tres muertos, dañó otras tres centrales nucleares de la región y dejó sin electricidad a 3,3 millones de personas.

La planta atómica de Onagawa, en la prefectura de Miyagi, sufrió derrames del agua de las piscinas de las barras de combustible usado en sus tres reactores, que estaban apagados. También se produjeron fugas en otros tres lugares de la central, pero Tohoku Electric Power, la compañía propietaria, dijo que no había habido cambios en los niveles de radiación en el exterior.

En el complejo de Fukushima no hubo daños adicionales
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La central de Onagawa se detuvo automáticamente y luego se enfrió de forma segura tras ser golpeada por el maremoto de 13 metros de altura del mes pasado. En aquella ocasión, también se produjeron fugas en las piscinas y en otros puntos a causa del temblor de tierra. La contaminación fue limpiada posteriormente.

El seísmo del jueves, el más potente que sufre Japón desde el 11 de marzo, cortó dos de las tres líneas de suministro eléctrico exterior de Onagawa. El sistema de refrigeración de las barras se interrumpió brevemente, pero volvió a funcionar con la línea eléctrica, que aguantó. Además, tenía un generador de emergencia. "Detectamos una pequeña subida de radiactividad dentro de los edificios de los reactores, y estamos intentando localizar el origen de las fugas. No hemos visto cambios en los niveles de radiación fuera de los edificios", dijo la empresa. El epicentro del temblor -que generó una alerta de tsunami de hasta dos metros, que finalmente no se produjo- se situó a 20 kilómetros de Onagawa y 120 kilómetros de la planta de Fukushima.

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Otras dos centrales, Rokkasho e Higashidori, en la prefectura de Aomori, perdieron brevemente la fuente de electricidad exterior de los sistemas de refrigeración de los reactores, pero conservaron al menos un sistema de emergencia operativo. El complejo de Fukushima, donde los técnicos luchan desde hace casi un mes para estabilizar sus reactores y detener la fuga de radiactividad en el peor desastre atómico que vive el mundo desde Chernóbil (Ucrania, 1986), no sufrió daños adicionales, según Tokyo Electric Power (Tepco), la compañía propietaria.

Más de medio millón de hogares seguían anoche sin suministro eléctrico en el noreste de Japón. La réplica ha llevado aún más inquietud a una población que apenas comenzaba a recuperarse del desastre del mes pasado, en el que murieron o están desaparecidas más de 27.000 personas. Ayer se volvió a producir acaparamiento de agua, comida y pilas en la región afectada. La gasolina volvió a escasear.

El Gobierno anunció los objetivos de reducción de consumo eléctrico en la zona de Tokio y el noreste del país para hacer frente a la paralización de centrales eléctricas provocada por el terremoto y el tsunami, que segó un 23% de la capacidad de generación de Tepco. Con esta medida, pretende evitar los apagones rotatorios. Las grandes empresas y otros grandes consumidores deberán recortar un 25% el consumo máximo en verano; las empresas medianas deberán bajarlo un 20%, y los hogares, entre un 15% y un 20%.

Vista aérea de la central nuclear de Onagawa, donde hubo fugas de agua de las barras de combustible.
Vista aérea de la central nuclear de Onagawa, donde hubo fugas de agua de las barras de combustible.REUTERS-YOMIURI

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