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La guerra en Libia

Cameron se enfrenta a su Fuerza Aérea

El primer ministro británico critica el pronóstico alarmista del 'número dos' de la RAF

El Reino Unido dispone de recursos para mantener la misión militar en Libia "tanto tiempo como sea necesario", subrayó ayer un irritado David Cameron como respuesta a la advertencia de un alto mando militar sobre la incapacidad de la Fuerza Aérea británica para encarar futuras amenazas si la intervención en el país árabe se prolonga más allá del verano.

En un informe dirigido a los diputados británicos, y cuyo contenido filtró The Daily Telegraph, el número dos de la Royal Air Force (RAF), sir Simon Bryant, alerta de que las operaciones simultáneas en Libia y Afganistán están ejerciendo "una presión considerable sobre el personal y el equipo" de las fuerzas aéreas. El mariscal del aire Bryant, responsable de las operaciones de combate de la RAF, cuestiona de este modo la capacidad británica para mantener tal esfuerzo militar en tiempos de austeridad presupuestaria. El militar califica de "frágil" la moral de sus hombres, en especial cuando sus esfuerzos se ven minados por los recortes en el gasto de Defensa aprobados por la coalición de Gobierno (conservadores y liberal demócratas). A resultas, la RAF va a perder un 15% de su personal (alrededor de 5.000 militares) en los próximos cinco años, junto a la reducción del número de aviones de combate.

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Una vez desayunado con un ejemplar del diario, Cameron convocó una rueda de prensa en Downing Street para rebatir esa radiografía y asegurar, previa consulta con varios responsables militares: "Tengo total confianza en que podemos mantener esta misión durante tanto tiempo como sea necesario, porque el tiempo está de nuestro lado, no del de Gadafi", dijo. El líder tory esgrimió como prueba "las deserciones en el régimen por la presión que sufre el oeste del país, mientras los focos de resistencia ganan fortaleza y desafían su autoridad".

"Ustedes ocúpense de luchar que seré yo quien hable", apostilló el primer ministro británico ante las revelaciones sobre el malestar expresado entre las filas de las Fuerzas Armadas. A pesar de sus palabras, la incapacidad de la misión de la OTAN que arrancó el pasado marzo para forzar la salida del dictador libio es objeto de creciente preocupación de su Gobierno y los altos mandos militares, frustradas las expectativas iniciales de un desenlace rápido. Así lo confirman también unas declaraciones formuladas la semana pasada por el máximo responsable de la Royal Navy, sir Mark Stanhope, convencido de que las operaciones actualmente en curso son "insostenibles". Estas críticas coinciden con los temores expresados por el secretario de Defensa estadounidense, Robert Gates, de que los recortes de los presupuestos de Defensa en los países aliados comprometan el futuro de la intervención en Libia.

El primer ministro británico, David Cameron, entra en la sala de prensa de Downing Street, en el centro de Londres.
El primer ministro británico, David Cameron, entra en la sala de prensa de Downing Street, en el centro de Londres.PETER MACDIARMID
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