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Una estrella de la rebelión islandesa visita Sol

El músico y líder de la revolución islandesa, Hördur Torfason, visitó ayer el punto de información instalado en la Puerta del Sol dentro de su gira por los centros de protesta de varias ciudades españolas. Tras pasar por Barcelona, Palma de Mallorca y Córdoba, el héroe islandés paseó por el germen de los campamentos que luego surgieron en todo el territorio.

Los fotógrafos se agolpaban y se pegaban codazos, los indignados se inmortalizaban junto a él con el teléfono móvil y media docena de personas le dictaban el recorrido y le protegían de las preguntas no programadas.

"Estoy muy impresionado por lo bien organizado que está", afirmó Torfason que tanto en el puesto informativo como en el mural de la plaza invitó a los manifestantes a no rendirse. "Don't give up, people! (¡No os rindáis!)", repitió y escribió en varias ocasiones. Explicó, además, que su presencia busca conocer de cerca las protestas en España y aportar la experiencia que ha vivido en Islandia donde la gente ha salido a la calle y, con lo que han conseguido, "algo habremos hecho bien", señaló.

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A falta de un depurado inglés, los miembros de la comisión de Información recibieron al invitado agitando las manos en alto (el gesto con el que el 15-M expresa su aprobación en las asambleas). Aunque los más atrevidos le expresaron su admiración: "Eres un ejemplo para todos. Eres un genio".

La presencia de Torfason ha devuelto la visibilidad a la plaza de Sol que a última hora de la tarde parecía un set de rodaje. Focos, cámaras, medios internacionales y muchos curiosos que preguntaban quién era la "estrella" de la gorra de cuero.

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ÁLVARO GARCÍA

"¡No os rindáis!"

Lo pidió y lo escribió en el muro de Sol el líder de la rebelión islandesa, el músico Hördur Torfason (en la foto): "Don't give up, people! (¡No os rindáis!)". El héroe islandés paseó ayer por la Puerta del Sol, el germen de los campamentos que luego surgieron por todo el territorio español. Visitó el punto de Información, charló con los indignados y explicó que su intención era conocer de cerca las protestas en España y aportar la experiencia que ha vivido Islandia. A pocas calles de allí, en la plaza de Neptuno, el 15-M mostraba un signo de flaqueza cuando, a las siete de la tarde, tan solo media docena de personas habían acudido a su convocatoria de protesta ante el Congreso. La policía identificó a los presentes y un grupo vinculado al movimiento decidió, por primera vez, suspender la protesta.

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