DSK, impresentable, por inocente y débil
Aparte del morbo sexual, nos importa, y mucho, su caso, por su influencia en las elecciones francesas; y por su pasada actuación en el FMI, que habría que reexaminar hoy con lupa. Supongamos que Strauss-Khan sea inocente de agresión sexual; más aún, que -como hay fuertes indicios- haya sido víctima de una conspiración política. Pero eso mismo le condena por su inocencia, es decir, por su ingenuidad, al creer que una joven sirvienta de su hotel aceptaba tener sexo con él por su bella cara (¡!) o casi; y más en esos momentos cruciales para su postulación presidencial en Francia.
A su debilidad carnal y vulnerabilidad política por ese motivo se une su aun más notoria y general debilidad por una vida escandalosamente lujosa: hoteles de 3.000 dólares la noche, cenas de 700, cochazos... de "amigos", etcétera, que revelan también su total insensibilidad respecto a la clase trabajadora, a la que pretendía representar a la cabeza del Partido Socialista. ¿Cabe pensar en un candidato más impresentable que este para todos los realmente amigos del socialismo, de una democracia sin engaños, de Francia y de una justa UE?