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VENEZUELA ECONOMÍA

El alza de la gasolina en Venezuela es evidente para unos, inadmisible para otros

El subsidio estatal para que el litro de gasolina en Venezuela se venda a un centavo de dólar supera los 12.500 millones de dólares anuales, lo que alienta el derroche y el contrabando, que llega a 100.000 de los 700.000 barriles diarios destinados al consumo interno. EFE/Archivo
El subsidio estatal para que el litro de gasolina en Venezuela se venda a un centavo de dólar supera los 12.500 millones de dólares anuales, lo que alienta el derroche y el contrabando, que llega a 100.000 de los 700.000 barriles diarios destinados al consumo interno. EFE/ArchivoEFE

El reconocimiento del Gobierno venezolano de que debate la posibilidad de subir el precio de la gasolina, la más barata del mundo, es un asunto sencillamente "inadmisible" para parte de la oposición, pero impostergable según los analistas.

Datos oficiales indican que el subsidio estatal para que el litro de gasolina se venda a un centavo de dólar supera los 12.500 millones de dólares anuales, lo que alienta el derroche y el contrabando, que llega a 100.000 de los 700.000 barriles diarios destinados al consumo interno.

Subir el precio "es algo evidente que debió hacerse hace mucho tiempo", porque es "un absurdo elevado al extremo", dijo a Efe Pedro Palma, economista profesor del Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA).

Al margen de cualquier consideración y solo teniendo en cuenta que "no tiene sentido seguir regalando" el combustible, se trata de establecer cuánto cuesta producir y distribuir el combustible y fijar "un precio racional", sintetizó.

El Gobierno ya sacó esas cuentas y el ministro de Petróleo, Rafael Ramírez, dijo este lunes que la mejor gasolina del mercado, de 95 octanos, "se vende a 9 céntimos de bolívar" (un dólar cuesta 6,3 bolívares, según la tasa oficial), cuando el costo de producción es 28 veces mayor.

Ramírez reconoció que la discusión apunta a tratar de evitar más pérdidas.

En Venezuela no se paga por la gasolina sino que la estatal "Petróleos de Venezuela (PDVSA) paga para que la gente eche gasolina", alertó Ramírez.

Para el antecesor de Ramírez al frente de PDVSA y actual titular de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), Alí Rodríguez, un precio justo al menos debe garantizar la recuperación de la inversión que se hace para llevar el producto a las gasolineras.

Por ello, "es falso", argumentó, que un ajuste tenga características de "paquetazo neoliberal" como apunta la oposición al criticar al Gobierno, que además ha anunciado que antes de tomar una decisión al respecto desarrollará un amplio diálogo nacional.

"¡Cómo que no! ¡Esto sí es un paquetazo cubano, es el regalo navideño de Nicolás!", dijo a Efe María Corina Machado, la principal cara femenina de la oposición al presidente venezolano, Nicolás Maduro.

Además del alza del precio de los combustibles, el Gobierno va por una "maxidevaluación" de la moneda nacional y también por un alza de las tarifas eléctricas, aseguró la opositora independiente.

"Con qué moral aumenta un céntimo la gasolina de los venezolanos un Gobierno que se la regala al régimen cubano", dijo Machado y aseguró que Cuba recibe 115.000 barriles diarios, "lo que supera el consumo cubano", por lo que, gracias a Venezuela "ahora exporta gasolina".

Machado se refirió al envío de petróleo a Cuba por parte de Venezuela que recibe a cambio servicios médicos, educativos y deportivos por parte los más de 45.000 técnicos que la isla tiene en la nación sudamericana.

En los mismo términos se pronunció el presidente del partido opositor democristiano de Venezuela, Roberto Enríquez, quien dijo a Efe que justifica un alza de precios sólo si el Gobierno ofrece como alternativa la gasificación efectiva de todo el país.

El Gobierno gasta "más de 1.500 millones de dólares solo en hacer nuevas redes de gasoductos", dijo recientemente Ramírez.

Tal y como el Gobierno plantea el asunto, sin una sustitución de gasolina por gas, evidencia que "está sacando de sus cuarteles de invierno a los mariscales del neoliberalismo más rancio y salvaje", añadió Enríquez, y advirtió del riesgo de una convulsión social.

Pero el politólogo Nícmer Evans, director de la empresa Visor 360º Consultores, cree que "desde el punto de vista de la psicología social y política" el alza del precio de la gasolina como elemento detonante de una crisis social "ya fue superado por la historia".

Aludía así a lo ocurrido en 1989, el llamado Caracazo, una revuelta social que causó un número aún indeterminado de muertos y que obligó a la anulación de un alza del precio de la gasolina decretado por el Gobierno del entonces presidente Carlos Andrés Pérez.

Para Evans no es posible que se dé un escenario similar, mientras que para Enríquez "hay que tener cualidades de vidente para descartarlo del todo".

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