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Resignación y largas colas en los aeropuertos españoles

La mayoría de los viajeros acepta las cancelaciones y retrasos de la jornada con paciencia

Las cenizas del volcán islandés han generado una nueva jornada de caos en los aeropuertos europeos; también en los españoles, donde miles de viajeros se han quedado con las maletas hechas y en tierra. Abunda la resignación, pero también el enfado de unos planes que se han truncado. El paisaje más frecuente en los pasillos de las terminales: personas tumbadas en el suelo y largas colas en los mostradores de información y de las compañías.

A su treintena de años, Gaizka Intxaurza y sus cuatro amigos llevan toda una vida en Bilbao soñando con ver al Liverpool, el equipo de sus amores, jugar en el mítico estadio inglés de Anfield. Viaje a Madrid para coger el avión, 90 euros por cada entrada en el estadio de los reds, tres días de permiso en el trabajo, unos ahorritos en el bolsillo y "muchas, muchas ganas". Todo más que preparado. ¿Algo podría estropear a este quinteto de forofos la mayor ilusión de su existencia? Pues sí, un volcán.

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Gaizka y sus amigos iban a coger un avión a las cinco de la tarde con la compañía Easy Jet destino Inglaterra. Ahora un informador les comunica que no podrán tomar un vuelo hasta el lunes o el martes como mínimo. "Se acabó el partido", dice Gaizka sin terminar de creerse que sea una erupción de cenizas la que le separe de su ansiado destino. "Ha salido todo al revés, y todavía no hemos arrancado", se lamenta. Aunque este grupo es de los que saben ver las oportunidades allá donde se presenten: "En fin... y en Madrid, ¿por dónde se sale de marcha?".

Los viajeros guardan insufribles colas, de hasta más de cuatro horas en algunos casos, delante de los mostradores de sus compañías. "¿Cuándo me podré ir?, ¿Hasta la semana que viene?, ¿Cómo que para que me devuelvan el dinero debo de irme al otro mostrador? ¡Llevo tres horas y media en esta cola!", son algunas de las frases más repetidas ante el personal de las aerolíneas. Aunque, quizás por el hecho de que se trata de una causa natural, no parecen cundir los lloros entre los usuarios afectados, las dudas y las quejas inundan los pasillos de las terminales mientras las compañías y el propio aeropuerto tratan de dar respuestas aumentando el personal y las ventanillas de reclamación. "Seguiremos incrementando servicios en la medida de lo que haga falta, como no sabemos cuanto va a durar esto... Pero hay que dejar claro que aquí quienes tienen que responder son las compañías, no Barajas", aclara el director adjunto del aeropuerto de Madrid, Juan Sanz.

La compañía que más vuelos ha cancelado, ha explicado un portavoz de Barajas, es British-Iberia, además deEasy Jet, Air France, Lufthansa o Ryanair, entre otras. Son éstas las que tienen que atender a los afectados y ofrecer soluciones a las cancelaciones y los retrasos. El portavoz de AENA ha explicado que la legislación vigente en España obliga a la compañía aérea a ofrecer hotel y comida en restaurantes a los pasajeros que están en tránsito, pero no a los que tienen origen en Madrid. Esto es lo que está haciendo Iberia, ha confirmado la compañía. A pesar de esto, hay otras empresas, como Easy Jet, que han decidido ofrecer a sus viajeros el servicio de alojamiento y manutención, independientemente de que sean vuelos con origen en Madrid o que Barajas sólo sea una etapa del viaje. Algo que no termina de resolver la papeleta a todo el mundo. "Vinimos a Madrid para dos días y ahora resulta que no podremos volver a Edimburgo hasta el viernes que viene", cuentan Lorna y Susan, dos jóvenes escocesas que temen que les descuenten una semana de sus sueldos como profesora y administrativa, respectivamente. "Nos van a pagar el hotel y la manutención. Pero a ver como resolvemos lo de la ropa", se preguntan agarradas a sus diminutas maletas de mano.

Algunos se quejan de que las ventanillas de reclamación no resuelvan todos los problemas conjuntamente. Es el caso de Jo Cambridge, una australiana que debe viajar al norte de Europa para cuestiones de trabajo. "Además, tengo a mi hijo de siete años en Londres esperando a que vuelva", asegura. "Resulta que llevo casi cuatro horas de espera en una fila y ahora me dicen que en esta ventanilla no se hacen las devoluciones de dinero, por lo que he decidido coger el cambio que me ofrecían. Hasta el miércoles no salgo, y como no soy de tránsito, Iberia no me ofrece ni hotel ni comida", se lamenta. El director de Operaciones de Iberia, Ricardo Génova, explica que lo de que el hotel y la comida sólo se paguen a los viajeros de tránsito es así por normativa europea y por política de empresa, pero afirma que intentarán solucionar en las próximas horas que las gestiones de reclamación se agilicen.

A esta hora hay en el aeropuerto una gran cantidad de viajeros que hacen colas delante de las ventanillas de las compañías a la espera de que les ofrezcan soluciones para sus viajes programados. Nadie sabe cuántos días más podrá durar este caos. Pero algunos no piensan chafarse las vacaciones de fin de semana, "¿Qué no se puede ir a Edimburgo pero nos cambian los billetes a cualquier destino para el que haya aviones?", se sorprenden María del Carmen Hondarra y sus tres acompañantes cuando un informante les da la mala noticia. "Pues corre, que nos vamos para Tenerife. Aunque sea con los jerséis", se apresuran a decidir.

Aplazar el vuelo

Mientras, el aeropuerto de El Prat en Barcelona ha vuelto a mostrar hoy la imagen de larguísimas colas de pasajeros afectados que se aglomeran en los mostradores de las compañías aéreas para reclamar el importe de sus billetes cancelados o para tratar de encontrar una solución al problema.

El suelo de la Terminal 1 se encuentra lleno de maletas aparcadas y pasajeros que esperan sentados. La megafonía no deja de sonar informando sobre los incidentes, y algunos mostradores de facturación se han convertido en improvisados atención al pasajero. Un escenario de caos e incertidumbre, que supera cualquier operación salida de vacaciones.

Incluso la desértica y vieja Terminal 2 -donde opera Easy Jet, la compañía más afectada-, acoge, un numeroso vaivén de pasajeros despistados que no saben cuándo podrán llegar a sus casas.

Los usuarios se quejan de que no reciben información de las aerolíneas y de que, en muchos casos, la única opción que les ofrecen -aunque no les aseguran nada- es volar el fin de semana. Marisa y Agustín debían volar hoy hacia Bruselas y se han enterado de que su vuelo se había cancelado cuando llegaron al aeropuerto.

"La compañía no nos avisó de que el vuelo se cancelaba hoy aún sabiendo que pasaría. Si lo hubieramos sabido no perdemos el tiempo", asegura resignada la pareja.

Ante esta situación, muchos de los viajeros están optando por buscar un transporte alternativo para llegar a sus destinos. Como el caso de Agustí y María que tenían que volar esta mañana a París ."Tenemos que llegar hoy a la ciudad y ya estamos buscando billetes de tren, no nos queda otra opción".

Retrasos que unen

Las cenizas volcánicas han contribuido a la unidad de los belgas, al menos en el aeropuerto de Málaga. Un grupo compuesto por 150 flamencos y valones, dos comunidades que en su país viven prácticamente de espaldas, consiguió ponerse de acuerdo para fletar tres autocares y, a las siete de la tarde, emprender un viaje de 23 horas desde Málaga hasta Bruselas. Este grupo, que volaba con Brussels Airlines, vio su vuelo cancelado ayer jueves y pasó la noche en un hotel de Torremolinos. Antes de salir, compraban alimentos para el viaje en las tiendas del aeropuerto con los bonos de 12 euros que dio la compañía aérea a cada viajero.

La inauguración, el pasado 15 de marzo, de la nueva Terminal 3 ha diluido mucho la tensión de los viajeros en el aeropuerto malagueño, cuyos principales destinos están en el Reino Unido y en el norte de Europa y que ha visto cancelados más de 80 vuelos "sólo de salida", según fuentes de Aena. Christine Anderson y su esposo Tony, profesores suecos de 59 años, aguardaban apoyados en el mostrador de facturación novedades sobre su vuelo a Estocolmo con Norwegian Airlines. Después de tres semanas de vacaciones en su casa de Coín, se les notaba tranquilos. "El retraso ha sido por causas naturales. Qué le vamos a hacer". Los Anderson también tenían previsto pasar la noche en un hotel de Torremolinos, junto al resto del pasaje.

En las pantallas, destinos como París, Londres, Liverpool, Manchester, o Nottingham, aparecían con letras rojas de cancelado. La megafonía informaba de los "posibles retrasos y cancelaciones" en cinco idiomas, pero los ánimos parecían serenos. Algunos hasta parecían encantados: Robby y Lynn, de 44 y 42 años, y su hijo Jack, de 13, todos de Southampton (Reino Unido), se despedían con una sonrisa del mostrador de Easyjet. "Nos han recolocado gratis en el vuelo del sábado 23, y nos pagan el hotel de estos ocho días en Málaga", afirmaba Lynn, quien después de haber viajado "miles" de veces en ferry hasta Bilbao, no se planteaba esa solución para regresar a casa.

Hasta los mendigos de varios países que pululan por la terminal malagueña tenían en las cenizas islandesas un aliado. Uno afirmaba que su vuelo había sido cancelado por este fenómeno natural y pedía dinero para llamar a su hermano para que le comprara un billete de barco.

¿Eres uno de los afectados? Envíanos tu testimonio o tu foto.

EFE
La situación se complica más en Madrid, Barcelona, Málaga y ValenciaVídeo: AGENCIA ATLAS
Vídeo: L.J. VARO / LUIS ALMODOVAR / ÁLVARO DE LA RUA

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