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Consejos impagables para no ser espiado en un hotel

Las técnicas al alcance de cualquier ciudadano para proteger su intimidad son variadas y delirantes según un curioso estudio

En algún momento de los últimos 70 años, en algún estudio fotográfico, se decidió que esta imagen era una buena forma de plasmar visualmente el concepto "espiar"
En algún momento de los últimos 70 años, en algún estudio fotográfico, se decidió que esta imagen era una buena forma de plasmar visualmente el concepto "espiar"Cordon Press

La Habana, diciembre de 1946. Los principales jefes del crimen organizado se reúnen en una de las cumbres históricas de la mafia. Meyer Lansky y Lucky Luciano convocaron ese encuentro en el Hotel Nacional, que se alza imponente a escasos metros del malecón de la capital cubana. En aquella reunión quedaron configurados los próximos pasos a seguir por el sindicato del crimen y está considerada como una de las grandes cumbres mafiosas del pasado siglo. Algunos de los capos actuaban entonces con cierta impunidad e, incluso, con la complicidad del poder establecido. Pero aun así, las medidas de seguridad fueron extraordinarias. Los hoteles, ya nos lo han contado la literatura y la historia, son un perfecto caldo de cultivo para el espionaje. Conviene ir en previsión, no solo si uno se dedica a negocios ilícitos. Conviene, pues, conocer unas normas de precaución actualizadas, acordes a este siglo en el que las comunicaciones intervenidas tanta importancia tienen.

Esta al menos ha debido de ser la conclusión del portal hotelero hotel.info, que ha lanzado unas recomendaciones impagables para evitar ser espiado en ese tipo de establecimientos. No se trata de ir como un paranoico, porque uno no lanza recomendaciones para evitar ser espiado con la idea de que acabe en manos de paranoicos, pero sí, sostienen, son importantes para aquellos que se dediquen a trabajos en los que la información sea especialmente sensible: desde la web avisan de que “uno de los principales motores de negocio de los hoteles son los clientes corporativos. Muchos de ellos tienen en su poder documentación confidencial u otros datos que puedan ser de interés general”. Es decir, que el estudio viene a suplir las carencias de ese sector poblacional tan abandonado por la estadística que son los personajes de John LeCarré.

El mencionado portal de reservas hoteleras aconseja, de entrada, estar atento a las posibles cámaras que registren todos nuestros movimientos. Es un buen primer paso que denota sentido común. El cine nos ha enseñado que un botón cualquiera de una chaqueta es suficiente para que nos graben, pero también, matizan desde hotel.info, es importante revisar los conductos de ventilación o las grietas de la pared o revisar los posibles cables que haya en la habitación.

Además de esta revisión ordinaria, la tecnología proporciona soluciones de prevención contra posibles espionajes. Aquí hace falta inversión, pero seguro que si uno cree que es tan importante como para ser espiado, logrará encontrar financiación. En ese caso, existen desde detectores de cámaras ocultas, pasando por detectores de frecuencia que captan dispositivos de escucha, hasta los famosos inhibidores de señales de teléfonos móviles, aparatos de vídeo sin cables y sistemas de rastreo GPS. Aunque puede que estos sistemas dejen sin cobertura en el móvil al inquilino de la habitación de al lado, la seguridad es lo primero.

Si, aun así, hay necesidad alocada de hablar por teléfono so pena de llevarse por delante la burbuja de seguridad creada, existen sistemas seguros, que evitan la incómoda presencia de un agente de la Agencia de Seguridad de Estados Unidos (NSA) al otro lado escuchando. Para usarlos, primero hay que recordar desactivar el inhibidor de frecuencias caso de haberlo activado en el paso anterior. Es importante hacer hincapié en este punto. Aplicaciones para móviles como Seecrypt, Silent Circle o Redphone permiten comunicarse con seguridad mediante llamadas o mensajes. También recomiendan desde hotel.info utilizar WebRTC, un estándar de comunicación que permite a los usuarios hacer llamadas por internet sin dejar datos, ya que el enlace no se basa en servidores centralizados, sino que los datos se envían directamente entre ordenadores individuales. Para navegar por Internet con seguridad, existen redes como Tor, que ocultan la dirección IP y nos mantienen a salvo de posibles intervenciones. Y aplicaciones como Hushmail, que dotan de el máximo grado de privacidad a los correos electrónicos o motores de búsqueda como Starpage, que no registra las búsquedas ni la IP.

En definitiva, son métodos de seguridad aplicables en los hoteles y otros lugares, para luego no ser un número más en las cifras de escuchas de la NSA que publicarán mañana The Guardian o Der Spiegel. No estar en los papeles que filtrará el próximo Edward Snowden. Algunas de las recomendaciones son más sencillas y otras requieren de un mayor grado de sofisticación. Aunque en 1946, donde los métodos de escucha no estaban tan desarrollados, los capos de la mafia utilizaron uno mucho más sencillo: contrataron a Frank Sinatra para que cantara. Así, hasta 007 se hubiera quedado embebido, ajeno a lo que sucedía a su alrededor.

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