Cerrado por demolición
Un hotel histórico del Estado de Nueva York es derruido en plena temporada alta y rodeado de fuegos artificiales
Fuegos artificiales, explosiones, humos de colores… Nueva York dijo así adiós a uno de sus hoteles más emblemáticos: el Wellington. Fue una demolición por todo lo alto, llena de color, y al más puro estilo americano. En apenas cinco minutos, el lugar que ocupaba en la ciudad de Albany, la capital del Estado, se convirtió en un show pirotécnico. Los espectadores de este atípico espectáculo vieron con asombro y tristeza como se desplomaba el edificio centenario en plena temporada alta. Entre una gigantesca nube de polvo, el mítico hotel colgó así el cartel de cerrado por vacaciones para convertirse en un centro de convenciones que costará 66 millones de dólares.