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Tentaciones
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¿Te tatuarías a ciegas?

Jägermeister lanzó el reto y más de 1500 personas respondieron que sí. Una proeza que da vida al primer corto de animación de tattoos de la historia

¿Aceptarías el reto de dejar tu piel a la buena suerte de un tatuador? La llamada de Jägermeister  carecía de truco: buscaban valientes que se dejaran inyectar tinta sin conocer previamente el dibujo escogido. El gancho: ser elegido para participar en HUNT OR BE HUNTED, el primer corto de animación de la historia creado a partir de tatuajes. La pieza verá la luz el próximo 25 de febrero pero aquí te adelantamos los tres teasers de su making-of. Más de 1500 personas aceptaron el desafío y se apuntaron a través de su web. El único dato que se les proporcionó fue que Ondo Tattoo, el estudio de tatuajes de Barcelona, estaría tras el diseño. “Como tatuadores no habíamos hecho nunca nada así, y menos para una película”, señala Óscar Hove, uno de los artistas responsables de llevar a cabo la difícil tarea junto a sus colegas Fran Fernández, El Uf y Mosh. 

El realizador Ernest Desumbila, conocido por sus videoclips para discográficas como Mushroom Pillow y Kitsuné, construyó junto a ellos un relato de animación sin precedentes donde destaca la presencia del emblemático ciervo de la marca. “Nunca se había hecho nada parecido, queríamos mezclar animación con el mundo del tattoo. En apariencia pueden resultar muy similares, pero distan mucho en la realidad”, apunta Desumbila. “Primero tuvimos que hacer un boceto a lápiz de cómo sería toda la película animada. Cada fotograma se trasladó al estudio Otto para que desarrollaran su versión tatuable con el nivel de detalle que exige la piel”.

Para unificar el dibujo y su posterior traslación a frames, basaron su estética en formas poligonales. En el momento de empezar a tatuar, se encontraron con una dificultad añadida: "Hay tatuajes que ocupan algo más que otros, porque no todo el mundo tiene el mismo cuerpo. Y eso, hasta que no montábamos uno detrás de otro, no podíamos verlo", relata Óscar Hove, que afrontó junto al resto del equipo que cada tatuaje cobrara vida propia. 

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