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Rania Askar viene de Deir el-Zour (Siria), tiene 31 años y perdió a su hijo en el sexto mes de embarazo. "No sabía que algo iba mal en mi embarazo hasta el día en que me levanté sangrando. Estoy muy triste, mi corazón está roto. Esto no hubiera pasado si hubiese estado rodeada de mis hermanas en Alemania". En la imagen, Askar posa con su hija de cuatro años, Maya, frente a su refugio en el campamento de Ritsona (Grecia).
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Jóvenes madres, el futuro incierto de los refugiados

Las pésimas condiciones y las temperaturas bajo cero en los campamentos migratorios de Grecia este invierno están pasando factura a todo el que vive en ellos, especialmente las mujeres embarazadas y los bebés

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