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James, el miembro más desconocido de la familia Middleton

El hermano pequeño de Catalina y Pippa es empresario en el sector de la confitería y pareja de una famosa presentadora

James Middleton, el pasado 20 de mayo en la boda de su hermana Pippa.
James Middleton, el pasado 20 de mayo en la boda de su hermana Pippa.cordon press
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James Middleton tenía 23 años cuando se convirtió en cuñado de un futuro rey gracias al enlace entre su hermana Catalina con Guillermo de Inglaterra, en abril de 2011. Los novios le eligieron para que recitara la única lectura durante la ceremonia religiosa (tuvo que aprenderse el texto de memoria debido a la dificultad para leer que le supone ser disléxico), pero fue su hermana Pippa, y su ya famoso vestido de dama de honor de Alexander McQueen, quien se llevó ese día toda la atención. El 20 de mayo, en la boda de esta, la historia volvió a repetirse; tanto Enrique de Inglaterra como Spencer Matthews, los hermanos de los dos cuñados de James, ocuparon muchos más titulares que él.

Pippa y James Middleton, en una carrera ciclista en junio de 2014.
Pippa y James Middleton, en una carrera ciclista en junio de 2014.cordon press

El pequeño de los Middleton tiene ahora 30 años —cinco menos que la futura reina consorte y tres menor que Pippa—, y ya se ha hecho a la idea de que siempre será “el hermano pequeño de Catalina y Pippa”. Así lo admitía en una entrevista con The Daily Mail en noviembre: “Probablemente va a ser la historia de mi vida. Pero estoy muy orgulloso de ser ‘el hermanito de…’. Y ellas también están orgullosas de que yo sea quien soy”. James siguió sus pasos en el exclusivo internado Marlborough College, pero mientras las dos chicas brillaron en lo académico y en lo deportivo, él nunca se defendió bien en los exámenes. Después se matriculó en la Universidad de Edimburgo para estudiar Gestión de Recursos Ambientales, y acabó dejándolo al cabo de tan solo un curso.

Convencido de que su futuro estaba en el emprendimiento, e influido tal vez por el éxito de la empresa familiar, Party Pieces, James lanzó en 2007 una start up para hacer repostería en casa, Cake Kit Company, con la que pretendía erigir “un imperio de las tartas”. Pese a hacerse valedor de premios como el Smarta 100 o el Haines Watts Young Entrepreneur, el negocio no llegó a despegar y acabó cerrando en 2015. Sobre el papel, su última apuesta parece aún más arriesgada: en 2014 puso en marcha Boomf, una empresa que comercializa malvaviscos que pueden personalizarse con imágenes. Es fácil entender por qué se autodefine como un “Willy Wonka moderno”.

James Middleton y su novia, Donna Air, en un evento en Londres en febrero de 2015.
James Middleton y su novia, Donna Air, en un evento en Londres en febrero de 2015.gtresonline

En su vida personal —excepto por una serie de imágenes embarazosas que, según los tabloides, circularon de él en 2008—, siempre ha intentado conservar un perfil bajo. Desde 2013 mantiene una relación intermitente con la cantante, actriz y presentadora Donna Air, que en Reino Unido está considerada la famosa de la pareja. Siete años mayor que él, Air tiene una hija de 13 años, Freya, a quien James afirma querer tanto como a Donna. Ella fue la única “novia de” que logró esquivar la supuesta regla “no ring, no bring” [algo así como que sin anillo de compromiso no hay invitación] en la boda de Pippa, y a los medios ingleses les encanta especular sobre quiénes serán los próximos en casarse: si James y ella o Enrique de Inglaterra con la actriz Meghan Markle. Preguntado al respecto, James Middleton señaló en The Daily Mail que el matrimonio no le asustaba “en absoluto”, y también ha manifestado su deseo de tener hijos, aunque de momento se contenta con sus sobrinos, los príncipes Jorge y Carlota. “Quiero ser el tío enrollado”, confesó en el programa de televisión Good Morning America.

James Middleton está considerado el miembro más incomprendido y excéntrico de su familia; una imagen que él parece querer alimentar cuando asegura, por ejemplo, que su placer culpable son “las revistas antiguas de tractores”. Esquivo con los medios, solo concede entrevistas para hablar de sus negocios, aunque el año pasado, en un reportaje de portada para la revista digital TYD, causó una pequeña conmoción en el entorno hermético de los Middleton al admitir que le resultaba “frustrante” que, pese al hecho de trabajar “muy duro”, se le conociera sobre todo por sus conexiones. Hoy, la sombra de sus hermanas parece más alargada que nunca.

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