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Sin empujar, por favor

Esta roca sagrada, de 7,6 metros de alto y 15 de circunferencia, y recubierta de oro, se sostiene en precario equilibrio sobre la cima de la montaña Kyaikhtiyo, en Myanmar (la antigua Birmania)

Isidoro Merino
AUNG HLA TUN

Las personas que parecen empujar una pepita de oro gigante en la foto son fieles budistas que guardan turno para hacer su ofrenda: finísimas láminas de pan de oro, de unas pocas micras de espesor, en la base de una enorme bola de granito de más de 600 toneladas. Con ello esperan conseguir salud y fortuna. La roca, de 7,6 metros de alto y 15 de circunferencia, está recubierta de oro y se sostiene en precario equilibrio sobre la cima de la montaña Kyaikhtiyo, en la provincia de Mon, en Myanmar (la antigua Birmania). Sobre ella se alza una estupa (construcción funeraria budista) conocida como La Pagoda de la Roca Dorada, de 7,3 metros de alto, donde, según la tradición, se guarda un cabello de Buda.

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Sobre la firma

Isidoro Merino
Redactor del diario EL PAÍS especializado en viajes y turismo. Ha desarrollado casi toda su carrera en el suplemento El Viajero. Antes colaboró como fotógrafo y redactor en Tentaciones, Diario 16, Cambio 16 y diversas revistas de viaje. Autor del libro Mil maneras estúpidas de morir por culpa de un animal (Planeta) y del blog El viajero astuto.

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