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Sandro y el Málaga acaban con el Valencia

El delantero del Málaga, clave en el triunfo de los andaluces ante los de Voro, poco competitivos

FOTO: Sandro celebra su gol al Valencia. / VÍDEO: Rueda de prensa de los entrenadores.Foto: atlas | Vídeo: Jorge Zapata (efe) / atlas
Rafael Pineda

Fue el formidable efecto de centrar a pie cambiado. Quizás, también, la rebelión de un gran proyecto de futbolista como Ontiveros. Un extremo lleno de talento y desborde. Poco antes de su acción decisiva, el joven Lato le había ganado el balón en dos ocasiones en la banda derecha mientras Míchel se lamentaba en el banquillo. Hasta que buscó aire en la izquierda, centrando de manera maravillosa a los 35 minutos para que Recio marcara de cabeza. Una jugada que cambió el rumbo de un partido soso, donde el Málaga fue siempre mejor ante un Valencia de aire indolente. Una combinación entre dos jugadores de la cantera malaguista que llevó la alegría a las gradas de La Rosaleda, donde el Málaga fue siempre merecedor del triunfo. Por sus ganas, por su fe y por tener un delantero fantásticas cualidades como es Sandro.

El canario hizo luego el segundo gol en un disparo desde fuera del área que rozó en Mangala y sorprendió a Alves. Lo mejor estuvo, no obstante, en su velocidad y desborde. Desde el primer minuto hasta que fue sustituido, Sandro fue una pesadilla para sus rivales. El lesionado Garay, Enzo Pérez y Mangala sufrieron a Sandro, que ha alcanzado ya los 10 goles en la Liga y ofrece cualidades de delantero importante.

El Valencia, por su parte, jugó con la mente puesta en las vacaciones. Se esperaba más de futbolistas como Munir o Carlos Soler, pero el equipo no da para más. Alcanzada la tranquilidad en una temporada que pudo tener tintes dramáticos, el grupo que dirige Voro está relajado y destensado. Se pudo comprobar en La Rosaleda. También en dos acciones clarísimas, de Mina y Mangala, para acortar distancias. Ambas se perdieron por la falta de espíritu para hacer gol. Le queda poco por pelear al Valencia, aunque es una entidad grande y sus futbolistas no deben entregarse a dejar pasar las jornadas. Es una pena que futbolistas de la calidad de Parejo, Munir, Soler, Orellana, Medrán o Santi Mina jueguen con tan escaso compromiso.

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El Málaga, que venía de perder en Riazor, mostró la cara que le gusta a Míchel. La de un equipo que quiere crecer, con un doble pivote, Camacho y Recio, que le proporciona una enorme seguridad. Dos jugadores que aprietan y contagian a sus compañeros. Con el buen hacer de Sandro arriba, no se le puede poner ningún pero su buen triunfo ante el Valencia. Con cinco partidos todavía por delante, Míchel tomará buena nota de las evoluciones de sus jugadores con vistas a la próxima temporada. Ante el Valencia, introdujo algunos cambios. Uno fue interesante. La presencia de Ontiveros, un futbolista distinto, resultó de lo más interesante. Un extremo con capacidad para rebelarse ante la adversidad y cambiar de banda cuando estaba cegado. En esa decisión comenzó a gestarse la victoria del Málaga. Al mismo tiempo, se confirmó la rendición de un Valencia que llegaba en una buena racha de resultados (cuatro partidos seguidos sin perder) y que dobló las rodillas tras el gol de Recio. Su imagen fue bastante pobre. Voro decidió sentarse en el banquillo y no implicarse mucho más en un encuentro que estaba completamente decidido. Para la próxima temporada, muchas cosas deberán cambiar en el seno del Valencia para volver a ser un equipo grande y con aspiraciones.

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