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PREMIO NOBEL DE LA PAZ

Annan, una vida dedicada a la causa de las Naciones Unidas

El secretario general lleva 40 años trabajando para la organización

Kofi Annan, que hoy ha sido galardonado con el Premio Nobel de la Paz, ha dedicado toda su vida a la causa de las Naciones Unidas, organización en la que ha trabajado durante 40 años.

Nacido en Kumasi, Ghana, el 8 de abril de 1938, Annan estudió en la Universidad de Ciencia y Tecnología de esa localidad y luego cursó estudios de economía en el Macalester College de St.Paul, en el estado norteamericano de Minnesota, en 1961.

Un año más tarde siguió en el Instituto Universitario de altos estudios internacionales de Ginebra, en Suiza, y entre 1971 y 1972 obtuvo un diploma en gestión y administración en el Instituto Tecnológico de Massachusetts.

Ya para entonces, Annan llevaba diez años en la organización, pues entró en el sistema de las Naciones Unidas en 1962 cuando estaba en Ginebra, al acceder a un puesto de administrativo y encargado del presupuesto en la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Desde entonces, Annan ha recorrido el mundo con organizaciones de la ONU. Trabajó en la Comisión Económica para Africa, en Addis Abeba; la Fuerza de Emergencia de las Naciones Unidas en Ismailia (Egipto); y la Alta Comisaria de las Naciones Unidas para los Refugiados, en Ginebra.

De allí llegó en 1987 a la sede de la ONU en Nueva York, como vicesecretario general para Gestión de Recursos y Coordinador de Seguridad para el sistema de las Naciones Unidas.

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Entre 1990 y 1992 ocupó el cargo de vicesecretario para Planificación, Presupuesto y Finanzas, función en la que tuvo una gran actividad diplomática cuando, tras la invasión de Kuwait, le fue asignada la tarea de repatriación de más de 900 personas de países occidentales que se encontraban en Irak.

En 1992 adquirió una función mucho más política al ser nombrado vicesecretario general para las Operaciones de Mantenimiento de la Paz, una de las misiones más importantes de la organización.

Un año más tarde fue elevado a la categoría de secretario general adjunto, con lo que se convirtió en jefe supremo de ese departamento, que a partir de entonces tuvo un crecimiento sin precedentes.

En 1995 las operaciones de paz de la ONU tenían desplegados 70.000 efectivos, entre militares y civiles, pertenecientes a 77 países, y entre las más importantes figuraba la de Bosnia-Herzegovina.

Pero también es en ese periodo cuando Annan tuvo sus más sonoros fracasos, como el no calibrar suficientemente la información que poseía acerca del genocidio que estaba en marcha en Ruanda en 1994, o no haber sido capaz de frenar la matanza de Srebrenica (Bosnia), como él mismo ha tenido el coraje de reconocer.

Tras los acuerdos de Dayton, que pusieron fin a la guerra bosnia, Annan fue durante cinco meses el representante especial del secretario general, en aquel entonces Butros Gali, para la antigua Yugoslavia.

El 1 de enero de 1997 llegó a la cumbre de la organización, donde ha sido omnipresente en todos los campos, y emprendió una dolorosa reforma administrativa de la ONU y encabezó delicadas misiones políticas, como la que en 1998 le llevó a Irak para impedir los bombardeos de los Estados Unidos.

Otro de los méritos que se le atribuyen es "haber llevado a la organización más cerca de la gente", objetivo que él mismo se trazó y que ha logrado con la inclusión de las organizaciones no gubernamentales y del sector privado en los trabajos de la ONU.

Annan se ha convertido en el segundo secretario general de la ONU en recibir el Premio Nobel de la Paz, tras el que fue entregado a título póstumo al sueco Dag Hammarskjold.

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