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CRISIS EN ARGENTINA

El Congreso argentino elegirá nuevo presidente tras la renuncia de Rodríguez Saá

La presión social y las divisiones entre los peronistas fuerzan la segunda dimisión en dos semanas .- La Asamblea Legislativa podría decidir adelantar las elecciones al 15 de febrero

Argentina ha entrado en un compás de espera de 24 horas para resolver la crisis abierta con la renuncia del presidente Adolfo Rodríguez Saá, en medio del temor a que estallen disturbios y se instale la anarquía en el país.

Así, el Congreso argentino elegirá el día 1 nuevo presidente tras la renuncia de Adolfo Rodríguez Saá, que apenas ha durado una semana en el cargo. Tras la dimisión de Rodríguez Saá, la presidencia correspondía en teoría al titular del Senado, Ramón Puerta, pero su negativa a asumir el cargo ha hecho recaer esta responsabilidad en el presidente del Congreso, Eduardo Camaño.

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Camaño ha convocado al Congreso para las 14.00 del lunes, hora local (las 18.00 horas en España) y pretende, según los medios locales, que el candidato que sea elegido el martes complete el mandato de De la Rúa, que debía concluir en 2003.

Sin embargo, varios líderes peronistas rechazan esta posibilidad y desean que un nuevo presidente sea elegido el próximo 3 de marzo, tal y como el Congreso decidió el pasado 23 de diciembre.

También existe la posibilidad de que los comicios se adelanten al día 15 de febrero o formar un gobierno "de salvación nacional", como pretenden ciertos sectores del peronismo y las fuerzas que formaban el Gobierno de De la Rúa, la Unión Cívica Radical (UCR) y el Frente del País Solidario (FREPASO).

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Rodríguez Saá renunció la madrugada del domingo al lunes tras perder el apoyo de varios de sus compañeros de partido, el Justicialista. Aunque se barajan varios nombres para sucederle, según Camaño "suena con fuerza" el nombre de Eduardo Duhalde, el candidato peronista a las últimas elecciones presidenciales que perdió los comicios contra De la Rúa.

Para añadir una nota más de incertidumbre, la juez María Servini de Cubría ha pedido tanto a Rodríguez Saá como a Puerta a que se hagan cargo de sus obligaciones hasta que sus respectivas dimisiones sean aceptadas por el Parlamento. De no hacerlo, se enfrentan a fuertes multas e incluso la inhabilitación.

"Mezquindad y retaceo"

En su discurso, emitido desde San Luis, Saá culpó de su renuncia "indeclinable" al gobernador cordobés, José de la Sota, y al resto de los mandatarios del PJ, que no han respondido a su convocatoria para respaldar sus planes de Gobierno. "He pretendido ser el que inicie el cambio en Argentina. Estoy seguro de haberlo logrado". Un cambio truncado por "actitudes de mezquindad y retaceo", como calificó a los gobernadores que le han dado la espalda.

De hecho varios gobernadores justicialistas dejaron plantado a Saá el domingo en su residencia de Chapdmalal, donde habían sido citados por el presidente. Tan sólo seis de los 14 gobernadores peronistas acudieron a la reunión en la que se iba a estudiar la creación de un nuevo gabinete y la aplicación de un nuevo plan económico.

Antes de anunciar definitivamente su dimisión, Rodríguez Saá hizo un balance triunfalista de su corta gestión: "Entré en el Gobierno prometiendo un millón de puestos de trabajo y se crearon en una semana 200.000". Los gobernadores peronistas que no apoyaron al presidente salieron al paso de las críticas exigiendo respeto político.

Así, el gobernador de Córdoba, José Manuel De la Sota, el blanco de las críticas, aseguró que los peronistas que no han asistido a la reunión han mantenido durante toda la semana el apoyo a su presidente, pero acusó a Rodríguez Saá de no haber contado para nada con ellos y de propiciar decisiones como la creación de la tercera moneda sin contar con el consenso del partido.

Rodríguez Saá, en el momento de renunciar a su cargo como presidente de Argentina.
Rodríguez Saá, en el momento de renunciar a su cargo como presidente de Argentina.REUTERS

Nueva 'cacerolada' en la Plaza de Mayo

Cadenas de correos electrónicos han convocado a los argentinos a participar esta medianoche en una nueva cacerolada de repudio a los políticos, en lugar de la práctica de hacer explotar petardos para celebrar la llegada del nuevo año.

El objetivo principal de las protestas es que se dejen sin efecto las restricciones al uso de dinero en efectivo que rigen desde el pasado día 3 para evitar una fuga masiva de depósitos y han causado numerosos inconvenientes a la población.

El uso del correo electrónico de forma masiva se ha convertido en el medio de convocatoria de las protestas, que el 19 de diciembre obligaron a renunciar a su cargo al radical Fernando de la Rúa, y que el viernes provocaron una crisis en el justicialismo que terminó con la renuncia la madrugada del domingo al lunes de Rodríguez Saá.

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