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Los sondeos dan por válido el referéndum por el que Polonia aprueba su adhesión a la UE

Los estudios a pie de urna muestran un apoyo rotundo a favor de la integración, aunque con una cifra de participación muy baja

Polonia ha votado durante dos días si desea refrendar su adhesión a la Unión Europa, y según los primeros sondeos hechos públicos esta tarde tras el cierre de los colegios electorales la respuesta está clara: el 81,9% de los ciudadanos que ha acudido a las urnas está a favor de la integración. El mayor miedo del Gobierno era que la participación no superara el 50%, lo que invalidaría el resultado. Por ello, la consulta se ha extendido durante dos días, en los que el 56,2% de los que podían votar lo han hecho.

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Todos los sondeos auguraban un respaldo mayoritario a la adhesión en este referéndum, el sexto que se celebra entre los diez candidatos a formar parte de la Unión Europea a partir del 1 de mayo de 2004. Sin embargo, sólo los más optimistas preveían una cifra de participación superior al 50%, y todos los analistas coincidían en que la frustración del electorado, especialmente del joven, podía echar por tierra la victoria rotunda del sí y poner en graves aprietos al Gobierno de Leszek Millar.

En un mal momento

El ex ministro de Asuntos Europeos Jaceu Saryor-Wolshi ha afirmado que el referéndum "llega en un mal momento". "El clima económico, el paro, los problemas políticos internos, los escándalos y la larga espera por entrar en la UE juegan a la contra"", ha explicado.

La responsable de la Fundación Robert Schumann, Roza Thun, ha coincidido en que la sociedad polaca "es todavía muy débil". No hay clase media y la mayoría de los jóvenes "no se toma en serio el referéndum". Además, hay otro factor, según Thun, que afecta a la participación, y es que los jóvenes, a pesar de que están claramente a favor de la UE por las oportunidades que esto supone, "temen que el Gobierno interprete el resultado como un sí a su política"". El ex ministro de Exteriores Bronislaw Geremek ha explicado además que entre el pueblo polaco "no hay tradición de voto", y se culpa a sí mismo y al resto de los dirigentes políticos de no haber sido "capaces de sensibilizar al electorado sobre la importancia de su participación".

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Los euroescépticos, entretanto, aprovechan la circunstancia para sacar tajada a su favor. Y, como lamentaba Geremek, "han sido más inteligentes" a la hora de diseñar su campaña contra la UE agitando el recuerdo del nazismo. "La gente ama a la UE y sus valores, pero no lo sabe", ha concluido Geremek.

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