Sharon y Mazen terminan sin acuerdo su reunión sobre los presos palestinos

Los primeros ministros palestino e israelí, Abu Mazen y Ariel Sharon, se han reunido hoy en Jerusalén para tratar uno de los temas espinosos que deberán resolver para devolver la paz a Oriente Próximo: el de los prisioneros palestinos que Israel mantiene encarcelados. La reunión, que ha sido calificada como "muy difícil" por la delegación palestina, ha terminado al cabo de dos horas sin que se haya alcanzado ningún acuerdo, aparentemente.

Aunque no ha habido declaraciones tras el encuentro, según fuentes palestinas Abu Mazen se ha negado a recibir la lista de 350 presos palestinos que Israel está dispuesto a dejar en libertad por considerarla insuficiente. El primer ministro palestino reclamaba la liberación de al menos la mitad de los 6.000 palestinos que Israel mantiene detenidos. Tampoco se ha llegado a acuerdo en ninguna de las reclamaciones palestinas sobre el levantamiento del bloqueo a sus centros urbanos ni en la retirada del Ejército israelí de alguna de las ciudades que ocupa en Cisjordania.

Nueva reunión

Mazen se ha negado a recibir la lista de prisioneros porque, a su juicio, Israel no ha incluido en ella más que a delincuentes comunes y a los "presos administrativos", es decir, a los que están detenidos sin juicio y a punto de ser liberados de cualquier forma, mientras que la AP exige que se dé prioridad a los presos que llevan más de 20 años en prisión, los que han sido juzgados y condenados en Israel por delitos de terrorismo, según la ley de este país.

Por el lado israelí, Sharon limita la medida a aquellos activistas que no estén implicados en atentados que hayan provocado víctimas israelíes y no hayan sido juzgados por pertenecer a Hamás o la Yihad. En todo caso, ha quedado claro que, una vez más, la condición impuesta por Sharon para hacer concesiones a los palestinos ha sido la de que la Autoridad Palestina se comprometa a luchar contra los grupos violentos.

La reunión, la primera que celebran ambos líderes desde el 1 de julio, marca el comienzo de una intensa semana diplomática que llevará a ambos a EE UU, donde se reunirán, por separado, con el presidente George W. Bush. Tras su viaje, ambos líderes se reunirán de nuevo para debatir sobre el tema de los prisioneros. Dicha negociación se hará en una de las cuatro comisiones de trabajo que fueron creadas tras la anterior entrevista entre ambos mandatarios.