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Quién es quién en la trama británica de los informes sobre las armas de Irak

Alastair Campbell

El director de comunicaciones y estrategia de Downing Street podría ser la principal víctima política de esta tragedia. Su empeño en obligar a la BBC a retirar la afirmación de que él había "adornado" un expediente sobre las armas iraquíes desencadenó los acontecimientos que obligaron a Kelly a salir a la luz pública. Campbell fue llamado a testificar ante el comité parlamentario, que aceptó que no había "adornado" el informe. El más estrecho colaborador de Blair ya estaba pensando en dejar su trabajo. Pero puede que se resista a marcharse cubierto por una nube.

Andrew Gilligan

El especialista en defensa del programa

Geoff Hoon

El ministro de Defensa autorizó la breve nota de prensa hecha pública justo a tiempo de entrar en los informativos nocturnos del 8 de julio. En ella se revelaba que un asesor del Ministerio de Defensa, al que no se nombraba, creía que podría haber sido la fuente de Andrew Gilligan. Hoon escribió a la BBC para darles el nombre del doctor Kelly y pedirles que confirmaran si era su fuente. La identidad del científico se supo enseguida; el Ministerio de Defensa negó haberla filtrado. El comité parlamentario lo acusa de haber utilizado a Kelly como chivo expiatorio.

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Donald Anderson

El antiguo abogado que preside el Comité de Exteriores tuvo que enfrentarse el viernes a preguntas delicadas sobre el trato dado al doctor Kelly y la decisión de interrogarlo en público. Anderson no consideró que el interrogatorio hubiera sido "agresivo" ni que el testigo se hubiera convertido en víctima. Cuando su comité decidió investigar los acontecimientos que desembocaron en la guerra de Irak, se sabía que sería una investigación llena de momentos dramáticos. Sin embargo, hasta el viernes parecía que la comparecencia del doctor Kelly era el final de la historia.

Ben Bradshaw

Ben Bradshaw, ministro de Medio Ambiente, ha desempeñado un papel crucial en el caso. Ex corresponsal de la BBC, se paseó por la emisora para exigir que se aclarara cuál era la fuente de Gilligan. Ante la publicación del nombre de Kelly se aferró al hecho de que el científico trabajaba para Defensa, y no los servicios secretos. The Times informó de que Bradshaw escribió al jefe de informativos de la BBC para preguntarle si mantenía su afirmación de que la fuente de Gilligan era un miembro de los servicios secretos, una clara insinuación de que la fuente era Kelly.

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