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Alberto y el reto de mantener el legado de su padre

La recalcitrante soltería del heredero, deportista consumado y gran aficionado al cine y a la pintura, ha hecho correr todo tipo de rumores

Alberto de Mónaco va a tomar, a sus 47 años, las riendas del segundo Estado más pequeño del mundo, tras el Vaticano, con el reto de mejorar o como mínimo mantener el legado de su padre y de su dinastía, con siete siglos de historia. Eclipsado por un padre omnipresente y de mano de hierro, que en poco más de medio siglo hizo de Mónaco un país de pleno derecho en las Naciones Unidas y un paraíso financiero, Alberto tiene ahora la oportunidad de mostrar su oculto potencial.

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"¡Va a sorprender! El príncipe sólo utiliza el 5% de su potencial. Es muy diferente de lo que se dice de él", asegura el círculo muy restringido de los allegados de Alberto, el segundo de los tres hijos de Raniero y Grace Kelly.

Cuando tenía sólo seis años sus padres le explicaron en qué consistía ser príncipe heredero, a los 16 asistió por primera vez a una reunión del Consejo Nacional (Parlamento) y en la última década su padre, el viejo león de la Riviera, hizo de él uno de sus más próximos colaboradores.

Alberto ejerce el poder desde que asumió la regencia el pasado 31 de marzo, ante la gravedad del estado de Raniero, y hace años que estaba implicado en la gestión de La Roca (sobrenombre con el que también se conoce a Mónaco por su orografía) y representa al Principado en la escena internacional, incluida la ONU.

Con formación militar y universitaria, así como con experiencia en la administración y en las finanzas, Alberto tiene ante sí el reto de modernizar el ejercicio del poder en el Principado, muy marcado por la impronta centralizadora de Raniero, y de seguir mimando los muy florecientes negocios monegascos.

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Un heredero soltero

A sus 47 años, la recalcitrante soltería de Alberto ha hecho correr todo tipo de rumores, incluida su supuesta homosexualidad. El deportista consumado, que un día soñó con ser futbolista profesional o, en la vena materna, otro John Ford, y que se conoce casi de memoria las películas de su madre, mantenía, en 1998, que le gustaría formar un hogar, pero que aún no había encontrado a la persona adecuada.

La descripción de la mujer ideal que entonces hacía se parecía bastante al perfil de su madre, de quien mamó una cultura estadounidense y el dominio del inglés, una lengua que maneja a la perfección, mientras que en el francés, aprendido de su padre, tartamudea levemente, algo típico, según los psicólogos, de los niños que han tenido un padre dominante.

La prensa del corazón continuamente le ha atribuido romances, sobre todo con jóvenes actrices y modelos, entre ellas la estadounidense Brooke Shields o la alemana Claudia Schiffer. Insistentemente se le ha relacionado con la modelo Tasha de Vasconcelos, y con esta última, el palacio de Mónaco ha tenido que desmentir en dos ocasiones la existencia de relaciones oficiales.

Los últimos rumores de compromiso matrimonial surgieron en 2002, con la atleta norteamericana Alicia Warlick, de 24 años, pero hasta la fecha el príncipe no ha dado muestras explícitas de plantearse pasar por la capilla.

Sólida formación

Bautizado Alberto Alejandro Luis Pedro, con la exiliada reina de España Victoria Eugenia de Battenberg (viuda de Alfonso XIII) como madrina, el príncipe nació el 14 de marzo de 1958 en Mónaco, aunque cuenta también con la nacionalidad estadounidense. Carolina le sigue en la línea de sucesión al trono y después de ella se sitúan los cuatro hijos de ésta, que preceden a Estefanía y a los primeros dos de los tres hijos de ésta. Alberto tiene autoridad plena sobre los miembros de su familia (sus hermanas Carolina y Estefania y sus sobrinos), ninguno de los cuales puede casarse, por ejemplo, sin su consentimiento, y cuyas finanzas gestiona.

Alberto inició sus estudios en las Escuelas Comunales, cursó bachillerato en el Instituto Alberto I y posteriormente en el Saint Maur estudió Ciencias Políticas y Económicas. En Estados Unidos ingresó en el Amherst College (Massachusetts), donde se graduó en 1981 con título en la Administración Política. Desde septiembre de 1981 a abril de 1982 sirvió en la Marina de Francia, país que se encarga de la Defensa de Mónaco.

En diciembre de 1982 fue nombrado presidente de la Cruz Roja de Mónaco, y en noviembre de 1986 el príncipe fue ascendido al rango de coronel de las Fuerzas de Policía. Tras abandonar muchas actividades privadas, ha ejercido como jefe de Estado adjunto a Raniero y ha asistido todos los miércoles a los Consejos de Gobierno.

Entusiasta de los deportes

En 1993, año en que Mónaco ingresó en las Naciones Unidas, el príncipe fue designado presidente de la delegación monegasca y como tal participó en la apertura de la 48 sesión de la ONU en Nueva York en septiembre de 1993.

Alberto desarrolla otras actividades relacionadas con el deporte y con el Comité Olímpico Internacional, del que es miembro desde 1985. En diciembre de 1988 fue nombrado vicepresidente de la Comisión de Atletismo del Comité Olímpico Internacional, y en 1990 fue designado miembro de la comisión de coordinación para los Juegos Olímpicos de Atlanta de 1996.

En septiembre de 1993 presidió la 101 Sesión del COI, celebrada en Mónaco, en la cual se eligió a Sydney como sede de los Juegos Olímpicos del año 2000. En noviembre del mismo año fue nombrado presidente del Comité Olímpico de Mónaco.

Entusiasta de los deportes, Alberto de Mónaco practica la natación, el tenis, el esquí, el automovilismo (ha participado en el Rally París-Dakar), el golf, el rugby, y los deportes de vela, a la vez que es cinturón negro de judo. Desde 1986 practica el deporte de trineo bob a cuatro, modalidad con la que participó en los Juegos Olímpicos de Invierno de Calgary (Canadá, 1988), Albertville (Francia, 1992), Lillehammer (Noruega, 1994) y Nagano (Japón, 1998).

Gran aficionado al cine y a la pintura

Entre sus aficiones figura la pintura. Su pintor predilecto es Rembrandt, aunque también admira a Goya, Velázquez, Van Dyk y Tintoretto.

Gran aficionado al cine, en 1997 debutó como actor con un pequeño papel en la película La batalla de San Patricio, dirigida por Lance Holl y rodada en México.

Cada vez con más frecuencia desde que empezó a flaquear la salud de su padre, el príncipe heredero de Mónaco ha viajado al exterior o asistido a eventos para promocionar los intereses del Principado.

Alberto de Mónaco saluda a los monegascos durante una celebración religiosa en el Principado.
Alberto de Mónaco saluda a los monegascos durante una celebración religiosa en el Principado.AP

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