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Bush declara Florida zona catastrófica tras el paso del devastador huracán Wilma

Los vientos y lluvias provocan un muerto, inundaciones en los Cayos y destrozos en Miami

El devastador huracán Wilma ha ascendido a la categoría 3 en la escala de cinco de Saffir-Simpson tras golpear esta tarde el sur de la península de Florida con vientos de 200 kilómetros por hora. En este Estado, declarado ya zona catastrófica por el presidente Bush, ha provocado un muerto, graves inundaciones e importantes destrozos, además de dejar a más de dos millones de hogares sin luz. El errático ciclón, con renovada fuerza y mayor velocidad, prosigue ahora su camino por la costa este y, aunque no se espera que su ojo toque tierra de nuevo, pasará junto a Georgia, Carolina del Norte y Carolina del Sur.

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Antes de impactar en Florida, el huracán más destructor de las últimas cinco décadas ya arrasó Cuba y la península mexicana de Yucatán, donde dejó ocho muertos, un millón de afectados y graves daños materiales. El gobernador Jeb Bush, hermano del presidente, ha realizado una declaración televisada para tranquilizar a los ciudadanos y pedirles que permanezcan en sus casas. En inglés y castellano, Bush ha informado de que entre entre 2,2 y 2,5 millones de hogares están sin electricidad pero ha asegurado que 4.000 trabajadores están preparados para restablecer el suministro en cuanto la situación lo permita. Según el gobernador, se han movilizado más de 3.000 efectivos de la Guardia Nacional y otros tantos se encuentran en alerta. Más de 33.000 personas han sido trasladadas a distintos refugios, muchos de ellos instalados en colegios.

En cuanto a la primera víctima mortal relacionada con Wilma en Florida, un portavoz del condado de Broward, al norte de Miami, ha confirmado la muerte de un hombre en Fort Lauderdale, un suburbio de Coral Spring, debido a la caída de un árbol. En este mismo condado y en el de Miami-Dade hay muchos árboles caídos, varias carreteras y autopistas obstruidas con escombros y tendidos eléctricos, y gran parte de las señales de tráfico, semáforos y marquesinas de autobuses han quedado totalmente destruidas. Por su parte, José Pesano, portavoz del centro de emergencias del condado de Monroe, donde se encuentran los Cayos (al sur de la península), ha declarado a una emisora de radio local que "por lo menos el 40 % de Cayo Hueso está bajo agua".

Las inundaciones también afectan a las ciudades de los otros Cayos y la única carretera que los une con tierra firme cuenta con muchos tramos anegados de agua por el fuerte oleaje que ha provocado el huracán. Las primeras estimaciones apuntan a que este destructor huracán, sólo comparable al de Andrew paso en 1992, puede haber causado daños por valor de 2.000 millones de dólares sólo en Florida. Para hacer frente a esta situación, George W. Bush ha declarado el Estado "zona catastrófica", lo que permite la intervención del Gobierno federal y la inyección de fondos extraordinarios para las tareas de asistencia.

Bush tomaba esta decisión tras ser informado de los últimos acontecimientos relacionados con el huracán por su hermano, el gobernador de Florida, el secretario de Seguridad Nacional, Michael Chertoff, y el director de la Agencia Federal de Gestión de Emergencias (FEMA), David Paulison. "Trabajaremos en coordinación con las autoridades locales y estatales para responder a este huracán", ha asegurado el presidente en declaraciones a la prensa tras reunirse con su Gabinete. Tras salir de Florida, Wilma ha vuelto a la categoría 3 y, según el Centro Nacional de Huracanes (CNH), se encuentra sobre el océano Atlántico, aunque uno de sus extremos se halla al noroeste de las Bahamas y sus vientos alcanzan los 185 kilómetros por hora.

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Doble amenaza

En Cuba, Wilma ha provocado fuertes lluvias, tornados y marejadas que han azotado Pinar del Río, la provincia más occidental del país, las localidades costeras de la provincia de La Habana y la propia capital, y ha forzado la evacuación de 640.000 personas. La situación ha sido doblemente grave por la confluencia de otra tormenta tropical, Alpha, bautizada con una letra griega al acabarse ya el abecedario latino en esta inusualmente virulenta temporada de huracanes. Las marejadas provocadas por Wilma y la subida de la marea, que se prolongarán hasta la madrugada del martes, han provocado una elevación del nivel del mar que ha inundado áreas costeras y zonas bajas. Las más graves, en zonas próximas al Malecón de La Habana y barrios como Vedado y Miramar, donde el agua alcanza casi un metro de altura.

En México, donde el huracán ha sembrado la destrucción, el presidente, Vicente Fox, confía en que a lo largo del día pueda controlarse la situación de los saqueos en Cancún con la llegada de 250 policías. En los últimos dos días, grupos de personas armadas con barras de hierro saquearon tiendas y casas en la ciudad turística. En una reunión con las autoridades de Playa del Carmen para evaluar los daños, los hoteleros informaron al presidente de que la estructura de los hoteles se encuentra bien y sólo sufrieron daños los alrededores, los jardines y las calles, donde hay postes y árboles caídos.

Una valla de aluminio arrancada por la fuerza de los vientos choca contra unas palmeras en Clewiston, Florida.
Una valla de aluminio arrancada por la fuerza de los vientos choca contra unas palmeras en Clewiston, Florida.AP

Vuelos especiales para repatriar a los turistas

Varias compañías aéreas fletarán en las próximas horas vuelos especiales desde Madrid para recoger en México a los españoles afectados en los últimos días por el paso del huracán Wilma. Mientras, Iberia ha cancelado hoy su ruta entre Barajas y Miami debido al paso del ciclón por Florida.

Según fuentes de la compañía Iberworld, en el aeropuerto de Barajas hay dos aviones preparados para volar a México "vacíos" con el objetivo de recoger a unos 700 turistas españoles, más de la mitad de los que no han podido regresar a España con la aerolínea en los últimos días debido a la cancelación de vuelos por el cierre del aeropuerto de Cancún.

Las mismas fuentes han indicado que la salida de los aviones se producirá en cuanto las autoridades mexicanas den permiso para poder efectuar el vuelo y aterrizar en territorio mexicano.

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