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El conservador Cavaco cierra la campaña para las presidenciales portuguesas como claro favorito

El voto indeciso decidirá si hay segunda vuelta y cuál de los candidatos socialistas queda en segundo lugar

El candidato conservador y ex primer ministro Aníbal Cavaco Silva es el favorito para imponerse en la primera vuelta de las elecciones presidenciales que se celebran mañana en Portugal. Ayer se cerró la campaña y la incógnita ahora es saber qué votarán los indecisos (entre uno y dos millones de personas). Su voto decidirá qué candidato socialista (si el que apoya el partido, Mário Soares, o el independiente, Manuel Alegre) ocupa el segundo lugar y si será capaz de pasar a la segunda vuelta.

Después de dos semanas de campaña con poco contenido, los seis candidatos a las elecciones presidenciales dedicaron ayer sus últimas fuerzas a intentar atraer el voto del 23% de indecisos que registran los sondeos y que podrán determinar si habrá o no una segunda vuelta. La larga campaña electoral no ha sido nada vibrante, aunque tenía todos los ingredientes para serlo, ya que se enfrentaban dos de los pesos pesados de la política portuguesa de los últimos 30 años, Aníbal Cavaco Silva y Mario Soares. Los secundarios también eran interesantes, el representante del partido de izquierdas que más subió en las últimas legislativas, Francisco Loua; el secretario general del Partido Comunista que mejor resiste al paso del tiempo en la Unión Europea, Jerónimo de Sousa, y uno de los políticos más carismáticos de la historia de la democracia en Portugal, el poeta Manuel Alegre, que no cuenta con el apoyo de su partido.

Alegre, sorpresa en los sondeos

Pero a pesar de la expectativa inicial la campaña, la tercera en un año, aburrió a los portugueses, tal como indican muchos sondeos. El porqué se debe, según los analistas políticos, a que en las presidenciales se espera un duelo entre dos candidatos, en vez de "una carrera solitaria de un candidato, Cavaco, con los otros cuatro intentando herirlo con dardos que yerran sistemáticamente el objetivo", argumenta el director del diario Público, José Manuel Fernández.

La única sorpresa de la campaña fue el segundo lugar que ocupa Alegre, por delante del histórico Mario Soares, en prácticamente todos los sondeos. En caso de mantenerse así, sería un duro golpe para 'el padre de la Patria' que se presentó a estos comicios como el único capaz de evitar la victoria de Cavaco y, al final, podría acabar por detrás de su viejo amigo Alegre, que se enfrentó a él y se presentó en solitario a estos comicios.

Por otro lado, la falta de debate de ideas se debió, en parte, a la negativa "sistemática" de Cavaco a pronunciarse sobre temas cruciales de la vida política del país, y a la división de la izquierda. Por un lado, el candidato socialista, Mario Soares; por otro, el histórico militante que se reveló contra las decisiones partidarias, Manuel Alegre. Además de un Jerónimo de Sousa y un Francisco Loua recatados en sus discursos por "miedo de remover en las heridas de un electorado divido y confuso" y que lo único que han conseguido es favorecer a Cavaco, asegura Fernández.

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Anoche se echó el telón a la campaña con los últimos mítines de los candidatos. Cavaco, en Lisboa, insistió en la idea de hombre austero que puede "salvar" el país y que promete "transformar los sueños en realidad", tal y como afirmó en su último mitin. Soares, en Oporto, volvió a pedir el voto de la izquierda para lograr una segunda vuelta y derrotar al 'cavaquismo' con el que "peligra la estabilidad del país". Mientras que Alegre, también en la capital, pidió el voto de los socialistas y apeló al poder de la ciudadanía.

Aníbal Cavaco Silva saluda a sus simpatizantes durante un acto electoral en el última día de campaña.
Aníbal Cavaco Silva saluda a sus simpatizantes durante un acto electoral en el última día de campaña.REUTERS

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