El cruce de acusaciones entre candidatos crispa la campaña electoral mexicana

En medio de la guerra en que se ha convertido la recta final de la carrera por la Presidencia de México, Andrés Manuel López Obrador, candidato del izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD), tendrá que responder de una denuncia por daño moral ante los tribunales, después de que acusara a un cuñado del conservador Felipe Calderón de beneficiarse de los lazos familiares para hacer negocios. La denuncia cayó como una bomba en el cuartel general calderonista, pues hizo blanco en uno de sus pilares de campaña, que afirma que es el "candidato de las manos limpias".

Diego Zavala, accionista principal de la empresa Hildebrando, llevó su caso ante el Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, pues se siente víctima de calumnias, difamación y daño moral. Antes, Calderón, como candidato del Partido Acción Nacional (PAN), dio un ultimátum a su adversario para que presentara pruebas de que había otorgado contratos a su familiar cuando fue ministro de Energía en el periodo 2003-2004 del Gobierno de Vicente Fox.

Zavala insistió en que lo expuesto por el candidato perredista es totalmente falso, sobre todo que de septiembre de 2003 a mayo de 2004 se haya visto beneficiado con contratos del Gobierno y que hubiera obtenido ingresos de unos 2.500 millones de pesos (173 millones de euros), como dijo López Obrador el martes en un debate entre los cinco candidatos presidenciales .

Al enterarse de la demanda en su contra, López Obrador dijo desde Chiapas que no tiene "ninguna preocupación, por la razón sencilla de que tengo todas las pruebas de que el cuñado de Felipe Calderón obtuvo ingresos nada más en cuatro años por 2.500 millones de pesos".

Sus seguidores entregaron en la casa de campaña del panista varias cajas con documentos, supuestas pruebas de las anomalías del "cuñado incómodo" de Calderón. Sobre lo que ocurre, a 22 días de las presidenciales, dijo: "No, no es guerra sucia, es presentar pruebas. Guerra sucia es cuando se hace una denuncia y no hay pruebas, es decir, cuando hay mentiras y calumnias".

Desde el punto de vista de la especialista en comunicación política Ana Vázquez Colmenares "lo que se ve como resultado en esta guerra es el efecto neto de abstencionismo, ya que la gente menos interesada en la política se siente menos inclinada ante tanto escándalo, tanto enlodamiento". Calderón se ha presentado, dice, como el candidato del empleo, "enmarcado en una campaña de un hombre de manos limpias, un hombre de familia" y la denuncia del PRD apunta a "desacreditar esos pilares morales de Calderón".

Vázquez, directora de la empresa privada Toma de Protesta Comunicación Política, argumenta que hasta ahora esas bases morales de Calderón no habían sido atacadas con una campaña sistemática, como la lanzada ahora por su principal contrincante. "Los mexicanos quieren empleo, pero no un presidente a cualquier precio", pues tienen en la memoria el poder presidencial caracterizado durante tantos años por el "compadrazgo, los negocios sucios y las prebendas", afirma.

La batalla sigue y no se sabe quién saldrá vencedor de ella, pero la analista afirma que su impresión es que "la gente que va a votar por Calderón lo decidió desde hace tiempo". "No creo que cambie su voto por la publicidad política, que no cambia creencias profundas", pero acepta que el conservador recibió un fuerte golpe mediático.

El equipo de campaña del PRD puso en el aire un anuncio en el que reitera las acusaciones contra el cuñado de Calderón, quien respondió con otro anuncio en el que afirmó que venció en el debate y que vencerá en la disputa por la Presidencia, razones en las que estaría el origen de los ataques perredistas.

En medio de la batalla, trascendió que la Secretaría de la Función Pública sancionó a una empresa de Hildebrando, por haber mentido al fisco, y que el empresario sí recibió contratos de Gobierno, e incluso del Instituto Federal Electoral, encargado de velar por la limpieza de las presidenciales.