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Escalada militar en Oriente Próximo

Israel acepta el envío de una fuerza de la OTAN a la frontera con Líbano

Hezbulá reconoce la pérdida del control en la ciudad Marún al Ras. -Se estima que 600.000 personas han tenido que abandonar sus casas

El Gobierno de Ehud Olmert se ha mostrado partidario de aceptar el despliegue de una fuerza multinacional de la OTAN en la zona fronteriza entre Israel y Líbano, en el duodécimo día de ofensiva israelí. Así lo ha manifestado el ministro de Defensa, Amir Peretz, tras reunirse con el ministro de Exteriores alemán, Frank-Walter Steinmeier, que se encuentra en Oriente Próximo para tratar de dar una solución a la crisis. Peretz ha reconocido "la debilidad del Ejército libanés".

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La nueva fuerza internacional sería de la OTAN y, según Israel, tendría dos misiones: desplazar a Hezbulá de la frontera de Líbano con Israel y prevenir el contrabando de armas desde Siria. Hasta entonces, el Ejército israelí seguirá con su operación militar para cumplir "los objetivos que nos hemos fijado", ha dicho Peretz.

Mientras, el conflicto armado continúa en los territorios que unen a ambos países. Hezbulá ha admitido la pérdida en el control de la población fronteriza Marún al Ras. El portavoz de la Fuerza Interina de la ONU (FINUL), Milos Struger, ha confirmado que ya no se han producido hoy más combates en el área de esta localidad, lo que hace pensar que los israelíes han afianzado allí sus posiciones. Pero el grupo chií ha seguido lanzando cohetes contra ciudades israelíes cercanas a la frontera, mientras que Israel ha reanudado los bombardeos contra los barrios del sur de Beirut.

Al menos tres personas han muerto y un observador de la ONU -el capitán del Ejército italiano Roberto Punzo- ha resultado herido en nuevos enfrentamientos entre tropas israelíes y combatientes de Hezbulá. Además, una persona ha muerto y otra ha resultado herida en la región oriental de Baalbeck, donde varias aldeas y ciudades han sido atacadas por los aviones israelíes, que han destruido fábricas, viviendas y lugares de culto, según fuentes policiales, que han confirmado que hay otros dos civiles heridos en Chmastar. También ha habido heridos (al menos cuatro) en Sidón, en el primer ataque aéreo israelí desde el inicio de la ofensiva contra ese puerto sureño, refugio de miles de personas que huyen del castigado sur, que hoy ha sido atacado de nuevo, en especial Tiro y Nabatieh.

Los barrios del sur de Beirut, casi completamente destruidos al considerarlos Israel feudos de Hezbolá, han sido objeto de al menos siete ataques, sin que se sepa hasta ahora si ha habido víctimas. Previamente, la aviación israelí había bombardeado instalaciones de teléfonos móviles y de medios informativos, causando al menos un muerto y decenas de heridos, entre ellos 15 franceses, según ha dicho en Amán (Jordania) el ministro galo de Exteriores, Philippe Douste-Blazy.

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En Haifa, al norte de Israel, dos civiles han muerto y otros 15 han resultado heridos por los cohetes de Hezbolá. En la vecina Carmiel han caído cuatro cohetes y han resultado heridos dos niños, según fuentes hospitalarias. También han sido atacados los suburbios de Haifa y el pueblo de Nésher. Además, al menos cuatro personas han resultado heridas leves por la explosión de un katiusha en la ciudad septentrional israelí de Kiriat Shmoná, junto a la frontera con el Líbano.

Struger también ha asegurado que un gran número de civiles trata de huir de la zona y que "ahora mismo la prioridad de la FINUL es tratar de ayudarlos a escapar de los combates". El Ejército israelí advirtió ayer a los civiles de 13 poblaciones cercanas a la frontera que deben abandonarlas y retirarse al norte del río Awali, al norte de Sidón y a 35 kilómetros al sur de Beirut.

600.000 desplazados

En Beirut, tras visitar los devastados barrios del sur, el subsecretario general para Asuntos Humanitarios de la ONU, Jan Egeland, ha hecho un llamamiento en favor de los desplazados. Se estima que unas 600.000 personas han tenido que abandonar sus hogares desde que el pasado día 12 Israel lanzara una ofensiva aérea, terrestre y marítima contra el territorio libanés, que ha causado al menos 362 muertos. Egeland también ha insistido en que los bombardeos contra civiles están prohibidos por las convenciones internacionales. También el Papa Benedicto XVI ha recordado hoy a las víctimas inocentes, ha convocado una jornada de rezos y penitencias y ha hecho "un fuerte llamamiento" a las partes para que cesen "inmediatamente" los bombardeos y se permita enviar ayuda humanitaria.

El Pontífice ha abogado para que con la ayuda de la comunidad internacional se busquen las "vías para el diálogo" el mismo día en que la secretaria de Estado de EE UU, Condoleezza Rice, parte hacia la región, donde mañana se reunirá con el primer ministro israelí, Ehud Olmert. Pero, según publica hoy el diario Haaretz, aún no se anunciará un alto el fuego, porque Washington aprueba una semana más de ofensiva y Rice viajará de nuevo a Israel el próximo domingo, día 30, para anunciar, previsiblemente, el cese de las hostilidades.

Columnas de humo se elevan sobre la ciudad de Maarake, al sur de Líbano.
Columnas de humo se elevan sobre la ciudad de Maarake, al sur de Líbano.AP

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