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Las tropas españolas en Líbano se encuentran en una zona "tranquila y sin conflicto"

Los soldados están desplazados en Taibe, un pueblo de unos diez mil habitantes medio vacío, sin agua corriente ni luz eléctrica

Las tropas españolas destacadas en Líbano tienen los medios necesarios para defender a la población en el marco de la misión de las Fuerza Interina de la ONU en Líbano (FINUL), según ha asegurado hoy el comandante Ángel Álvarez, quien además ha reconocido que el ambiente en el país "parece tranquilo y no se ve conflicto". Aunque no se descartan incidentes aislados, Álvarez ha precisado, durante una rueda de prensa, que "podemos asegurar el control de la zona y será difícil que haya movimientos extraños".

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"Parece, por lo que he visto, que no hay grandes problemas, es una zona con minas pero se ha limpiado y podemos movernos". Las tropas no han entrado en contacto todavía con el grupo chií Hezbulá, que hasta antes de la guerra con Israel y el despliegue del ejército libanés controlaba totalmente la zona.

Las tropas españolas desplazadas a Líbano permanecerán en Taibe hasta noviembre cuando, coincidiendo con la llegada de un nuevo destacamento de soldados de la legión, se desplazarán a otra localidad, Marjayun, también situada al sur del país. "Lo previsto es salir para la zona de Taibe, donde está el batallón de infantería y donde estaremos conviviendo hasta que la zona futura de la brigada, que es Marjayun, esté acondicionada para poder establecerse", ha dicho el mando militar, durante una rueda de prensa celebrada junto al barco español Pizarro, que ha atracado hoy en Beirut.

El comandante ha explicado que necesitarán un mes para acondicionar el cuartel de Marjayun antes de establecerse, "aunque no esté terminado del todo". El número de legionarios ascenderá a 480, "la mayoría son de transmisión para montar las comunicaciones con España y las internas en Taibe, para que cuando llegue la brigada pueda tener enlaces tanto internos como externos". Los legionarios tendrán la misión de establecer y mantener la paz, proveer ayuda humanitaria y mantener el control de la zona que se les asigne.

"Bienvenidos, si vienen a ayudar"

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La población de Taibe se muestra muy bien dispuesta hacia los militares españoles que desde hace dos días acampan en sus inmediaciones, "siempre que vengan a ayudarnos y a protegernos y no a otra cosa". Es un pueblo de unos diez mil habitantes medio vacío, con montones de edificios destruidos en la pasada guerra sobre los que se levantan banderas del movimiento chií Partido de Dios (Hezbulá) y fotografías de sus "mártires", es decir, sus milicianos caídos en combate.

No hay agua corriente ni luz eléctrica desde hace dos meses. Un contenedor de agua potable abastece al pueblo en mitad de la plaza principal, mientras que un compresor de energía eléctrica "donado por la República Islámica de Irán" abastece de energía durante unas horas a algunas áreas.

Llegada del primer destacamento de soldados de la legión al cuartel provisional de la Brigada de Marina de San Fernando en Taibe.
Llegada del primer destacamento de soldados de la legión al cuartel provisional de la Brigada de Marina de San Fernando en Taibe.EFE

La primera patrulla, para comprar fruta

La primera patrulla que han realizado las tropas españolas fuera de su base en el sur del Líbano ha sido para comprar fruta en el cercano pueblo de Taibe, en su primer contacto con la población local. La "sección de aprovisionamiento", compuesta por tres hombres más un vehículo de escolta, llegó al pueblo a media mañana en medio de la indiferencia de la población local. Compraron 35 kilos de manzanas y 19 de peras, ciertamente insuficientes para alimentar a los 560 hombres que hoy se espera duerman en el campamento de Taibe. Dentro de la "sección de aprovisionamiento", el teniente Luis Magaña trató en árabe con los dos fruteros que se hacen la competencia a ambos lados de la plaza del pueblo: a los dos les compró fruta para tener contentos a todos. "Este primer contacto nos permite mejorar nuestra relación con la población local, lo que redundará en la mejora de nuestra misión. Deben ver que nuestra misión es neutral y que estamos aquí para ayudarles", explicó Magaña. La siguiente parada después de Taibe ha sido la vecina Markaba, aún más destrozada: allí no había ni fruta que comprar, solo destrozos, escombros y paredes y puertas reventadas por el estallido de las bombas.

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