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Un viajero inmune a los controles

Un niño brasileño de 11 años viaja sólo y sin billete en avión burlando la vigilancia

No es una escena de una película. Es real como la vida: un niño de once años, hijo de un policía militar, que vive con su esposa en el barrio de Tancredo Neves, en la ciudad de Cuiabá, en el Estado de Mato Grosso, consiguió viajar solo y sin pasaje en un vuelo de la compañía áerea Gol. Se desplazó desde el aeropuerto de Cuibá hasta el aeropuerto de Guarulhos de São Paulo burlando todos los controles de seguridad. Su imagen no aparece en ninguna de las cámaras de control de pasajeros de ninguno de los dos aeropuertos. El muchacho estaba jugando en la calle, en su barrio, y debió de cometer alguna imprudencia por lo que temió volver a casa y que su padre le recriminara.

Así empezó su aventura: tomó dos autobuses y llegó al aeropuerto de su ciudad a las 19.00 de la tarde (hora local). Según ha contado él mismo, aprovechó un segundo de ausencia de un policía y se unió a un grupo que iba a embarcar para São Paulo. Nadie le paró, nadie le preguntó nada. Sólo cuando ya estaba dentro del avión una de las azafatas le preguntó con quién estaba: "Con mi madre", respondió el niño sin titubeos. "¿Y dónde está tu madre?", volvió a insistir la azafata. "Ahí atrás", volvió a responder con rotundidad el niño. A partir de ahí nadie volvió a molestarle.

Desembarcó ya de noche en el aeropuerto de Guarulhos de São Paulo sin saber siquiera la ciudad a la que había llegado. Sólo a las cinco de la madrugada alguien vio al niño vagar sólo y avisó a la policía que lo entregó al Consejo Tutelar de Menores, donde consiguieron encontrar a su familia en Cuibá que ya había denunciado su desaparición. Llegaron a por él y la vuelta fue mucho menos rápida: 28 horas de autobús.

La Gol ha afirmado que no confirma el viaje del menor sin billete. El hecho sucedió el pasado día 18 de octubre y la policía consiguió mantenerlo en secreto hasta ayer. Una nota divulgada ayer por Infraereo, el organismo responsable de los aeropuertos, afirma que "las cámaras del sistema de vigilancia del aeropuerto de Cuiabá no registraron ninguna imagen de la presencia del menor en el área de embarque", algo que ha hecho saltar la alarma en la opinión pública que se pregunta: "¿Y si se hubiese tratado de un terrorista?". El niño además iba con las manos en los bolsillos, sin ni siquiera una mochila. ¿Cómo nadie se fijó en él?

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