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La oposición de Rusia impide el reconocimiento del Consejo de Seguridad

Los países europeos del Consejo y EE UU se comprometen a garantizar la seguridad de la región a través de la OTAN

El Consejo de Seguridad de la ONU ha sido incapaz de llegar a una posición común sobre la declaración de independencia de Kosovo. Su separación unilateral de Serbia ha sido contestada por Rusia en el seno del máximo órgano de decisión de Naciones Unidas, lo que ha impedido un acuerdo. "Lamentamos que el Consejo de Seguridad no haya llegado a un acuerdo", ha dicho el embajador belga Johan Verbeke en un comunicado emitido esta medianoche y suscrito también por Francia, Italia, Reino Unido, Croacia, Alemania y Estados Unidos, todos ellos países favorables a la independencia de la antigua provincia serbia de mayoría albanesa.

"Los acontecimientos de hoy [?] representan la conclusión de un proceso que ha agotado todas las vías en la búsqueda de una salida negociada", ha dicho el diplomático belga al término de la reunión de los 15 países integrantes del consejo a petición de Rusia.

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Ha sido el embajador panameño ante el consejo, Ricardo Alberto Arias, que ostenta la presidencia de turno, quien ha confirmado a los periodistas que las diferencias entre los países occidentales, en su mayoría favorables a la independencia, y Rusia, que pretende bloquearla, han sido la clave del desacuerdo.

El comunicado suscrito por los siete países más arriba citados asegura que el statu quo en Kosovo "había llegado a ser insostenible y un proceso estable y coordinado, con la ayuda internacional, es mejor que prolongar la inestabilidad?

Añade que la resolución de la ONU aprobada hace ahora nueve años proporciona el marco para una transición hacia un nuevo estatus para Kosovo. "Estamos decididos a asumir nuestras responsabilidades como Estados y a través de la Unión Europea y la OTAN garantizar la estabilidad y la seguridad de la región", concluye el comunicado.

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El Consejo de Seguridad ya abordó hace tres días esta situación, pero tampoco logró una posición común. Mientras Rusia, tradicional aliado de Serbia, considera que el problema de Kosovo no es de carácter únicamente europeo, EE UU -que siempre ha apoyado las ambiciones secesionistas albanokosovares- considera que sí lo es.

Para Rusia la declaración de Pristina supone una "quiebra descarada de la ley internacional", y deberá ser declarada, al igual que ha dicho Serbia, nula e inválida.

El embajador de Rusia ante la ONU, Vitaly Churkin dijo esta semana que la independencia de Kosovo supone una violación de la Carta de Naciones Unidas, y en particular el artículo 24 sobre la responsabilidad del Consejo de Seguridad en el mantenimiento de la paz y la seguridad en el mundo.

Moscú ya ha expresado su temor a que tras la decisión de hoy se produzcan graves amenazas a la seguridad de la población local y que se desencadenen situaciones semejantes en otros lugares del mundo donde existen tensiones nacionalistas, animados por la actuación de Pristina.

Washington, por su parte, está dispuesto a resucitar el plan de paz para Kosovo del enviado especial de la ONU, el finlandés Martti Ahtisaari, que en 2007 recomendaba una soberanía supervisada y tutelada internacionalmente.

Desde Tanzania, en donde se encuentra de viaje oficial y horas antes de la declaración de independencia, el presidente de EEUU, George W. Bush ha subrayado que su país cooperará con sus aliados para evitar la violencia en la zona.

Bush, que no ha respondido directamente a una pregunta sobre si EE UU reconocería Kosovo, sí ha señalado que Washington cree que "es necesario resolver el estatus de Kosovo para que haya estabilidad en los Balcanes".

De conseguir el reconocimiento internacional, Kosovo puede convertirse en el estado 193 del mundo y en el sexto que surge del desmembramiento de la antigua Yugoslavia, que desde 1991 ha dado lugar a Eslovenia, Croacia, Macedonia, Bosnia y Montenegro, y Serbia.

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