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Absuelto un colono condenado por el asesinato de una monja en Brasil

Un tribunal dictó una pena de 30 años de cárcel contra el hacendado

Juan Arias

La opinión pública brasileña está conmovida e indignada ante la noticia de la absolución del hacendado Vitalmiro Bastos de Moura, a quien un tribunal popular había condenado a 30 años de cárcel por ordenar el asesinato de Dorothy Stang, una misionera estadounidense que durante 20 años se dedicó a la defensa de los campesinos pobres. La monja fue tiroteada en febrero de 2005 y su muerte alcanzó gran repercusión internacional.

Durante el primer juicio, el pistolero Rayfran das Neves Sales, encarcelado tras confesar el crimen, había acusado al colono Bastos de haberle ofrecido dinero y entregado el arma con la que mató a la misionera. Dado que el colono fue condenado a más de 20 años, según la ley, los abogados tenían el derecho de pedir un nuevo proceso, lo que le fue concedido.

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En este segundo juicio, que duró sólo dos días, celebrado en Pará, el sicario cambió la declaración: defendió al colono y negó que hubiese sido él quien le encargó el crimen, haciendo que recayeran sobre él —ya condenado a 30 años de cárcel— todas las culpas. Según organizaciones de defensa de los derechos de los campesinos, el reo confeso Rayfran fue sobornado para que retirase sus acusaciones anteriores contra Bastos para conseguir la absolución.

El asesinato a sangre fría de la religiosa hace tres años conmovió a la opinión pública mundial. La misionera tenía 74 años y vivía entre los campesinos más pobres defendiendo sus derechos contra los colonos sin escrúpulos y con gran poder en el Estado de Amazonia. Preocupado por la repercusión internacional que tuvo el asesinato de Dorothy Stang, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, exigió una investigación rápida y a fondo del crimen.

Ocho días antes de ser asesinada, la misionera había enviado un documento al delegado general de la Policía Civil de Pará, Luiz Fernandes, en el que relataba que tres personas estaban amenazando de muerte a familias de campesinos en la región de Anapu.

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