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Denuncian la muerte de 12 bebés en el ensayo de una vacuna

Al menos 12 bebés incluidos en protocolos de investigación clínica para probar la eficacia de una vacuna contra la neumonía han muerto en el último año en tres provincias de Argentina, según denuncias recogidas ayer por la prensa.

Se trata de un estudio patrocinado por el laboratorio multinacional Glaxo Smith Kline que utiliza a niños de familias pobres a las que se "presiona y obliga para que firmen los consentimientos legales", denunció el sindicato Federación de Profesionales de la Salud de la República Argentina (Fesprosa).

El sindicato agregó que "esto ocurre sin ningún tipo de control estatal" y porque "no se cumple con los mínimos requerimientos éticos", mientras que los familiares de las víctimas denunciaron haber recibido presiones para desistir de presentar demandas. A pesar de las críticas, la experimentación continúa y, en declaraciones que reproducía ayer el periódico local Crítica, sus responsables argumentaron que "los procedimientos se realizan en el marco de la ley".

Presiones

Desde 2007, 15.000 niños menores de un año de las provincias argentinas de Mendoza, San Juan y Santiago del Estero han sido objeto de la investigación. "Sólo murieron 12 en todo el país, lo que representa una cifra mínima si la comparamos con las muertes que se producen por enfermedades respiratorias causadas por el neumococo", dijo el pediatra santiagueño Enrique Smith, uno de los investigadores principales del estudio.

En la norteña provincia de Santiago del Estero, una de las más pobres del país, los protocolos fueron autorizados cuando el hermano del médico, Juan Carlos Smith, era ministro de Salud provincial.

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"Estoy absolutamente convencido de haber tomado la decisión correcta, aunque algunos talibanes de la investigación hayan querido bastardear el procedimiento", dijo a Crítica el ex funcionario.

El integrante de Fesprosa Juan Carlos Palomares precisó que en su gran mayoría se trata de personas que tienen necesidades, muchas de las cuales "no saben ni leer ni escribir", a las que estas empresas "presionan para que autoricen la inclusión de sus hijos" en los experimentos.

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